La fiscal de Homicidios del Ministerio Público de la Acuscación, Crisitina Ferraro, fue formalmente imputada esta mañana en el Juzgado Federal Nº 2 de Santa Fe.

A Ferraro se la acusó de los delitos de encubrimiento y abuso de autoridad, cuestionándosele su desempeño durante la custodia del local comercial en el que fue asesinado el comerciante santafesino Hugo Oldani.

Este último era el dueño de Turismo Oldani, una reconocida firma ubicada en el centro de la ciudad que, tras el asesinato de su dueño, se develó que tras bambalinas habría operado una importante cueva financiera vinculada a imporantes apellidos de la provincia.

En este marco, a Ferraro se la acusa de haber dejado ingresar a la hija de Hugo (procesada desde entonces en una causa paralela por "intermediación financiera no autorizada"), quien extrajo del lugar un bolso (se presume) con una suma millonaria (en pesos y dólares) y documentación sensible que desapareció aquella noche.

El abogado de Ferraro, Néstor Oroño, señaló en declaraciones radiales que la estrategia será demostrar que su defendida pudo haber dado el aval para ingresar a la escena del crimen, pero no para retirar cosas.

"Dar autorización para ingresar es una cosa, y para retirar es otra", señaló el letrado, y amplió: "Es una verdad inobjetable que (Ferraro) se encontraba en el lugar del hecho, pero hay que esclarecer si autorizó el retiro del dinero".

También adelantó que su cliente "va a realizar su descargo por escrito" y que solicitarán "alguna otra diligencia" que apuntaría a exponer las falencias del proceso judicial y demorar o anular el trámite.