El director del Instituto de la Yerba Mate, Jonás Peterson, afirmó que “están trayendo yerba de otros países para extorsionar a los productores” y, de esa forma, “bajar los precios” locales. Asimismo, mostró gran preocupación por no poder “fijar un precio mínimo” y, por ende, “garantizar” el comienzo de la cosecha.

En declaraciones radiales, Peterson recordó que, hasta la década del ’90, la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) “garantizaba un buen precio para el sector productivo”, sin embargo, cuando se eliminó el sector yerbatero cayó “en una terrible crisis económica”.

“El sector industrial nos decía ‘hay mucha producción, si quieren traiga o no traigan’. Llegamos a precios que valían menos que un caramelo y nos pagaban con cheques a 120, 180 y hasta 360 días de plazo. Los productores no aguantamos más y salimos con todos los tractores a la calle”, declaró Peterson.

Luego de muchas peleas, en el año 2002 se creó el Instituto Nacional de la Yerba Mate, que hoy dejó de fijar precios, cuestión que preocupa al sector  y “sobre todo el pequeño productor” que ya debería “tener definido ese valor para poder arrancar su cosecha y saber si va a poder pasar bien el año”.

Cabe recordar que durante diciembre pasado, apenas asumió, el presidente Javier Milei firmó el decreto 70/2023 que, entre otras cosas, le quitó al INYM la facultad de fijar los valores de referencia, dejando en una situación de indefensión a más de 10.000 pequeños productores de Misiones. No alcanzó un recurso de amparo para frenar ese avance sobre una economía que sufrió una de sus peores crisis a fines de la década del 90.

El director del Instituto Nacional de la Yerba Mate declaró que Misiones “está poblada por productores”, pero que lo que “moviliza la economía de los pueblos”  es la producción de yerba.

“Si no tenemos el amparo de un instituto o del Gobierno que diga ‘avalo este valor para el productor’ la industria va a decir ‘yo te puedo pagar esto’. Si me planto hasta que paguen un mejor precio, ¿cuánto puedo aguantar? Soy un pequeño productor, que vengo arrastrando deudas durante todo el año para mantener el yerbal, y no tengo espalda económica para sostenerme”, subrayó.

Según Peterson, la industria tiene un stock de yerba que oscila “entre un año y tres meses” y, por ese motivo, tiene “tiempo para esperar” a que los productores le envíen la cosecha.

“Las grandes industrias tienen grandes plantaciones que pueden utilizar para extorsionar al productor. Además, el gobierno Nacional habilitó la importación de la yerba mate; están trayendo materia prima a granel de otros países para extorsionar a los productores y hacer bajar los precios de la yerba mate local”, concluyó.