La batalla del transporte

El 30 de octubre de 1961, la Unión Ferroviaria y La Fraternidad declararon una huelga a nivel nacional por tiempo indeterminado, como respuesta ante el avance de las políticas de privatización y racionalización del entonces presidente, Arturo Frondizi.

Mediante una serie de decretos, el mandatario radical declaró oficialmente “la batalla del transporte”, que tenía como objetivo reducir el sistema ferroviario, despedir trabajadores, cerrar ramales y talleres y privatizar los servicios asociados, es decir, las confiterías, las imprentas, las canteras, los kioscos y los vagones comedores, entre otros.

La huelga duró más de 42 días. En nuestra región, la ciudad de Laguna Paiva fue el escenario de una gesta histórica que se convirtió en un símbolo de resistencia.

Ubicada a tan sólo 40 km de La Capital, la pequeña ciudad de los rieles le dio batalla al primer intento de cierre de su principal fuente de trabajo, antes de que el menemismo arrasara con todo.  

Contexto nacional 

Durante esos días, el gobierno nacional intentó desarticular la huelga, que tildó como una "emergencia grave para la nación”.

Para esto, montó un dispositivo represivo a cargo de la Policía Federal y las Fuerzas Armadas y ocupó instalaciones para “prevenir actos terroristas”.

De esta manera, ordenaron la requisa de personal del sistema de transportes del país, habilitando persecuciones y allanamientos en los hogares ferroviarios y en algunas ocasiones,  detenciones de sus familiares.

Muchos trabajadores tuvieron que esconderse, mientras sus familias subsistían a lo largo de la medida de fuerza gracias a la ayuda de comerciantes y vecinos. Frente al aumento de la represión, se incrementó la radicalidad de la protesta, produciéndose sabotajes a los trenes conducidos por quienes querían debilitar la huelga y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

En Laguna Paiva, el 11 de noviembre a la siesta, centenares de vecinos y familiares, con un fuerte protagonismo de mujeres y niños, encabezaron un piquete en las vías, incendiaron una formación y desataron la toma de los talleres. En las semanas posteriores, hechos similares se sucederían por todo el país.

Una ciudad con identidad ferroviaria

En "La comunidad ferroviaria de Laguna Paiva frente a las políticas desarrollistas. Argentina, 1961", la Magister en Ciencias Sociales y Humanidades Luisina Agostini, sostiene que las políticas que llevó adelante Frondizi desde su asunción,  en 1958, "impactaron negativamente sobre las estructuras sociales y laborales de diferentes localidades del interior del país, que vivían en torno al trabajo ferroviario". Este fue el caso de Laguna Paiva, donde el trabajo en los talleres de reparación de vagones era el sustento económico, social y cultural de la comunidad desde principios del siglo XX.

La autora explica que "el taller ferroviario en Paiva, como lugar de trabajo, permitió construir una sociabilidad política y de clase, también un colectivo social que incluyó familias y mujeres".  El trabajo ferroviario no sólo tenía la función productiva y salarial, sino que permitió la construcción de una identidad común: una comunidad ferroviaria. 

"Lo que pasó en la localidad en 1961 no se redujo a la jornada histórica y reconocida sindicalmente del 11 de noviembre de 1961, lo que le otorgó sentido fue la comunidad ferroviaria manifestada. Las potencialidades del abordaje del conflicto desde la historia local en clave regional y desde la historia social nos permitieron complejizar la mirada sobre la construcción de las subjetividades y en este sentido contribuir al estudio de la existencia de una comunidad ferroviaria", afirma Agostini.

El impedimento del paso del tren 

El 11 de noviembre de 1961, la comunidad ferroviaria de Laguna Paiva, con las mujeres y niños como principales protagonistas, impidieron el paso de un tren que intentaba debilitar la medida de fuerza, uniendo las ciudades de Santa Fe y San Cristóbal.

A las 13:25 hs, el silbido del tren sonó casi como una provocación. Decenas de personas se acercaron hasta el paso nivel, que divide la ciudad en dos. 

En "Los Ferrocarriles en la vida de Laguna Paiva", el historiador paivense Oscar Rubén Paúl cuenta que un grupo de mujeres y obreros colocaron durmientes y objetos para detener la circulación de esta formación compuesta por una locomotora diésel, seis vagones y dos furgones en los cuales viajaban 18 integrantes de la Policía Federal y otros 10 pasajeros.

Según comenta en su investigación Luisina Agostini "la máquina, conducida por un krumiro se aproximó por las vías y su silbato convocó a hombres, mujeres y niños quienes improvisaron acciones de detención de la formación". "Mujeres del barrio obrero que estaban al costado de las vías levantaron durmientes para colocarlos sobre los rieles y detener el paso de la máquina, una manifestación se dirigió al kilómetro 40 y colaboró en la detención del vehículo generando tumultos y una balacera por parte de la policía que estaba custodiando la locomotora", precisó.

También detalla Agostini  "Dos obreros ferroviarios resultaron heridos, la formación cayó a las vías y se produjo un incendio. El sindicalismo nacional se apropió de la gesta paivense como forma de simbolizar la lucha no sólo de los trabajadores ferroviarios sino de sus familias, la “familia ferroviaria”. [...] El Obrero Ferroviario, periódico de la Unión Ferroviaria, reivindicó “la actitud de la mujer en nuestra lucha [...] y a las mujeres de Laguna Paiva que bajo su aparente debilidad femenina esconden la energía y el valor que a veces les falta a los hombres”. El sindicalismo ferroviario en un contexto de paro del “varón” (considerado el proveedor del hogar) sostenía que la irrupción de la mujer en el espacio público no implicaba un abandono del cumplimiento de su deber de esposa y madre (Agostini, 2018)".

Foto extraída de www.lagunapaivaweb.com.ar
Foto extraída de www.lagunapaivaweb.com.ar

Paiva, la heróica

Finalmente, mientras Frondizi y Acevedo buscaban financiamiento fuera del país, la huelga se levantó con mediación de la Iglesia. Se consiguió el aumento salarial y la liberación de los detenidos, pero despidieron a 48.000 ferroviarios en todo el país. 

La gran huelga ferroviaria de Paiva, marcó un antes y un después en la historia de su pueblo. Trabajadores de localidades vecinas, la reconocieron y nombraron como "Paiva, la heroica". La resistencia organizada y solidaria, en defensa de la empresa estatal más grande del país, y contra la represión y la violencia mediática, dejó una huella imborrable que perdura en la memoria de sus protagonistas.