Yararás y otras especies de serpientes, yacarés, carpinchos, Aguará Guazú, pumas y hasta ciervos Axis. Todos esos animales sorprendieron a los santafesinos que en zonas urbanas y periurbanas en el último mes. Si bien es probable que aparezcan en lugares cercanas a los ríos, su presencia es cada vez más frecuente. La razón es, principalmente, la crecida que les deja menos espacio para habitar por fuera del agua.

Vanesa Arzamendia es doctora en Ciencias Biológicas, licenciada en Biodiversidad e investigadora del Instituto Nacional de Limnología (Inali) del Conicet. En diálogo con Santa Fe Plus explicó que en general la aparición de animales y de diferentes especies de serpientes en las ciudades es por la falta de tierra para habitar ante la crecida del río. Si bien sorprende y hasta asusta encontrarlos cerca de sitios en los que habitualmente no se los ve, es importante tener en cuenta que todos ellos tienen un rol en la naturaleza, por lo que la primera recomendación de la especialista es no matarlos. Sobre todo, cuando se trata de animales nativos. “No vienen cerca porque quieren atacarnos, sino porque no tienen lugar”, aclaró. “Ante tanta cercanía con los humanos, algunos de ellos se pierden, otros se defienden”, indicó Arzamendia.

Una de las especies que más alertó a los santafesinos es la Yarará, temida por ser venenosa. La primera recomendación de Arzamendia respecto a la aparición de serpientes en general fue clara: hay que conocer a las especies para saber qué nos pueden hacer y qué debemos hacer nosotros ante la aparición de ellas.

Del Instagram de serpientessantafe

En el caso de la Yarará dijo que son peligrosas cuando uno no las ve. “Si uno la ve, se aleja y probablemente el animal se va, pero si uno no la ve y la pisa, la toca o pasa muy cerca, se siente atacada y reacciona”, explicó. Por lo tanto, la segunda recomendación es dejarla. “Si no está adentro de la casa o cerca, hay que dejarla tranquila porque no tienen la intención de atacar”, agregó.

La época en las que más circulan las serpientes son las estaciones medias, es decir, primavera y otoño. Esto es porque no resisten a las temperaturas más extremas del verano y el invierno. “Es muy raro que veamos a una serpiente cruzando el asfalto en pleno verano, no resiste y se muere”, explicó. “En épocas de extremo calor como ahora, las podemos ver en lugares frescos, en sombras, entre escombros, entre la leña o maderas, en pastizales altos, en las galerías de las casas o hasta adentro”, manifestó. Esto ocurre porque buscan los lugares más frescos. Por eso, el tercer consejo es impedir la formación de pequeños bosques, evitar la acumulación de madera, leña o escombros. También cortar el pasto. “Si alguien va a andar por zonas de pastos altos o trabajando con madera, leña o escombros se recomienda que usen guantes gruesos y botas”, advirtió.

Si la Yarará se encuentra cerca y las personas corren peligro, se puede pedir asistencia a los servicios de emergencia. No recomiendan exponerse a matarlas porque en el intento los humanos pueden ser atacados.

Especies más comunes

La serpiente más común de encontrar en la zona es la Ñacaniná. No es venenosa pero puede comportarse de manera agresiva ante la cercanía de los humanos. “Como todas las serpientes, si se ve amenazada se defiende y causa miedo porque es grande y se suele 'parar'”, explicó Arzamendia.

En este caso es muy importante no matarla. “Forma parte de la diversidad del río, es una serpiente de humedales y es inofensiva, cumple un rol en el ambiente porque se alimenta de ranas, peces, roedores, mamíferos”, aclaró y destacó que esta serpiente, además, lleva adelante otra función muy importante. “Hace el intercambio energético entre el agua y la tierra, tal como su nombre científico lo dice: Hydrodynastes gigas”, detalló.

Otra de las especies que suele frecuentar la zona de la ciudad de Santa Fe es la llamada Curiyú, como la que apareció el pasado miércoles en la costanera santafesina. Vive en entornos acuáticos y es una especie de Anaconda, por lo que es grande, pero no es venenosa. “Es menos frecuente encontrarla pero llega en épocas de inundación, sobre todo más a la zona norte de nuestra provincia”, detalló. La recomendación es la misma que con la Ñacaniná: alejarse y no matarla. 

Cómo reconocer a las especies peligrosas

De las 52 especies de serpientes que habitan en la provincia, hay cuatro que tienen más importancia médica por el veneno que contienen y los daños que pueden causar. Son la Yarará grande y la chica, la Cascabel y la Coral.

La Yarará grande tiene una mancha alargada detrás del ojo, una mancha en la cabeza con forma de cruz, manchas laterales con formas de C invertida y una mancha en el mentón en forma de V invertida. La Yarará chica, por supuesto, es menos robusta. Tiene manchas laterales en forma de trapecio y un vientre blanquecino sin manchas.

Las Cascabel tiene un cuerpo con rombos dorsales y -lo más característico- un cascabel al final de su cola que al sentirse atacada lo hace sonar.

Por último, la Coral tiene anillos completos que rodean el cuerpo. Es raro de encontrarlas sobre la tierra porque viven bajo tierra. Son menos agresivas. 

Del Instagram de serpientessantafe

Qué hacer ante mordeduras

Ante la mordedura de una serpiente, los especialistas del Inali recomiendan mantener la calma y trasladar a la víctima de inmediato a un centro de salud, donde le aplicaran al antiveneno específico. Debe estar sentada o acostada, pero sin moverse.

Debido a la posible inflamación, aconsejan quitarse los anillos, las pulseras y la ropa de la zona de la mordedura. La persona mordida puede tomar agua tranquilamente.

También es importante fotografiar a la serpiente que mordió a la persona, si es posible. Esto es valioso para saber de qué especie se trata y proceder de acuerdo a su potencial tóxico.

Los especialistas aclararon que no hay que hacer cortes ni succionar la herida. Tampoco aplicar hielo ni cauterizar la herida. No hay que ingerir alcohol ni aplicar torniquetes.