El líder conservador Boris Johnson está contra las cuerdas. Superó recientemente una moción de censura interna de su partido, pero la votación evidenció el descontento del 41% de los parlamentarios "tories" (conservadores) con su gestión y con la serie de escándalo que han salpicado al primer ministro. Entre ellos el de las fiestas en la residencia oficial de Downing Street durante la pandemia o por tratar de ocultar que sabía los antecedentes del diputado Chris Pincher. Esto último generó la salida en 24 horas de más de 20 funcionarios, entre ellos el ministro de Economía y espadas en el Parlamento, y su gobierno se cae a pedazos. 

El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó una información según la cual el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.

Según explica la BBC, Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente. A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.

Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando "apoyo médico profesional".

Aunque el primer ministro británico no es quien ha incurrido en conductas sexuales inapropiadas, el escándalo de Pincher lo coloca en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio así como la transparencia con la que el gobierno ha manejado el caso.

El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno le dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento. El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de "acusaciones específicas" sobre Pincher.

Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete. Sin embargo, el 4 de julio, el portavoz del mandatario dijo que Johnson conocía sobre "acusaciones que fueron resueltas o no progresaron hasta la fase de queja formal" y que no se había considerado apropiado detener el nombramiento de Pincher debido a "acusaciones no sustentadas".

Esa misma tarde, sin embargo, la BBC reveló que Johnson había sido informado sobre una queja formal sobre el "comportamiento inapropiado" de Pincher, mientras este trabajó en el ministerio de Exteriores entre 2019-2020. La respuesta del Ejecutivo al escándalo de Pincher ha ido cambiando progresivamente a medida que han ido surgiendo otros elementos. De ahí la palabra e imagen devaluada del primer ministro.