Por Rodrigo Miró

Cerca de las ocho de la noche del miércoles, cuando unas mil personas se congregaban en el Monumento a la Bandera pidiendo esclarecimiento del crimen de Joaquín Pérez y políticas que terminen con la inseguridad ciudadana, llegaron al lugar el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin. Caminando por la explanada que baja por Córdoba, ambos funcionarios llegaron hasta el epicentro del acto, para saludar a la familia del arquitecto asesinado. Pero cuando se divisó su presencia, una parte de los presentes se acercaron para increparlos e insultarlos, hasta que finalmente debieron irse del lugar. El nivel de violencia fue alto y por momentos hubo mucha tensión.

Mientras un grupo enardecido le gritaba "Asesino" a Omar Perotti y lo rodeaba, al lado suyo el hermano de Joaquín decía a los gritos: "Por favor se los pido, que esto sea en paz. No era para esto que hicimos el acto".

Consultado por los periodistas en medio de los empujones, el gobernador señaló: "Cuando hablamos con el intendente de venir, sabíamos dónde veníamos. Pero más allá de esta situación, el compromiso que asumíamos con la familia, vale más. Porque el compromiso de ellos, es el dolor real que tienen. Tenemos que seguir trabajando. Hay que encontrar justicia, hay una fiscal investigando".      

El reclamo continuó, ya de modo pacífico. El resto de los asistentes, que pedía justicia, no se sumó a los insultos "a la clase política" de los que habían echado a Javkin y Perotti. Entre la gente, se mezclaban varios carteles con nombres de víctimas de homicidios. Entre ellos, la familia de "Bocacha" Orellano y de Rocío Romano. 

Minutos después, cuando ya se habían tranquilizado los ánimos, Leandro Pérez, hermano de la víctima de Arroyito y convocante de la marcha junto a las Vecinales Unidas por la Seguridad, señaló en diálogo con Telefe Rosario: "No estoy de acuerdo con los insultos. Le habíamos dicho al gobernador y al intendente que era un gran gesto que estuvieran, con todo el arco político. Pero queríamos que fuera pacífico. Entiendo la bronca de la gente, pero la violencia no. Ellos ahora tienen que demostrarnos que empatizaron con nuestro dolor y que van a hacer algo para cambiar nuestra realidad".