Un hombre de 20 años, cuyas iniciales son PEF, comenzó a ser juzgado esta mañana como autor del femicidio de Liliana Sala, cometido a fines de 2021 en Sauce Viejo (departamento La Capital). Será en el marco de un juicio oral y público en los tribunales de la ciudad de Santa Fe.

El tribunal que tendrá a su cargo la conducción del debate estará conformado por los jueces Gustavo Urdiales, Pablo Ruiz Staiger y Sergio Carraro.

La fiscal que representa al MPA en el juicio es Alejandra Del Río Ayala, de la Unidad Fiscal de Violencias de Género, Familiar y Sexual (Gefas) de la Fiscalía Regional 1. La funcionaria judicial adelantó que solicitará que el acusado sea condenado a prisión perpetua como autor del delito de femicidio calificado por alevosía.

“La investigación del hecho ilícito demandó dos meses y medio de arduo trabajo”, señaló la fiscal y remarcó que “gracias a tareas coordinadas con la Brigada de Femicidios de la policía provincial, logramos reunir elementos probatorios suficientes para acreditar que el hombre investigado es quien le quitó la vida a Sala”. También recordó que “la primera semana de marzo del año pasado presentamos la acusación y el jueves 29 de diciembre se llevó a cabo la audiencia preliminar”.

Por otro lado, Del Río Ayala mencionó que “desde enero del año pasado, el acusado transita el proceso judicial en prisión preventiva”.

Agresión

El femicidio fue cometido durante la madrugada del lunes 20 de diciembre de 2021 en la casaquinta de la víctima, ubicada en Avenida de las Banderas y Magnolias de Sauce Viejo.

 La fiscal precisó que “el hombre de iniciales PEF conocía a Sala e ingresó a la vivienda con la intención de matarla”. Al respecto, puntualizó que “sabía que la mujer tenía escasa seguridad en el domicilio y que estaba sola allí al momento del ataque”, y aseguró que “se aprovechó de su situación de vulnerabilidad”.

“El acusado abordó a la víctima con gran violencia”, subrayó Del Río Ayala. “Le provocó 13 heridas punzantes con un arma blanca, la agredió con sus puños en el rostro y la golpeó con una barra de hierro en la cabeza”, especificó. “A su vez, en el contexto de la golpiza, la abusó sexualmente”, sostuvo.

“Como resultado de la conducta delictiva, la víctima falleció en el lugar”, afirmó la funcionaria del MPA. “Tras el ilícito, el acusado envolvió con ropa de cama el cuerpo sin vida y se fue del inmueble a bordo de una camioneta blanca marca Jeep que pertenecía a Sala”, señaló.

Testigos, autopsia y objetos

En relación al origen de la investigación, la funcionaria del MPA aseveró que “Sala era una persona muy responsable y tenía un cargo jerárquico en el Correo Argentino, por lo que sus compañeros se alarmaron al advertir que el lunes del femicidio ella faltó a su lugar de trabajo sin previo aviso”. Según expuso, “les informaron la situación a los hijos de la víctima, quienes se dirigieron a la casaquinta de Sauce Viejo en busca de su madre”.

Relató que “al llegar, notaron que la vivienda estaba cerrada y sin signos de violencia por fuera, forzaron una puerta para entrar y encontraron el cadáver en una habitación”, y añadió que  “además, se percataron de que no estaba la camioneta”.

La fiscal aclaró que “el vehículo fue hallado esa misma mañana a la altura del relleno sanitario de la ciudad Santa Fe, en la Circunvalación Oeste”. Detalló que “en el interior había una barreta de hierro con sangre humana, que es compatible con el objeto con el cual la víctima fue golpeada en la cabeza de forma letal, así como con una reja de la casaquinta”.

Asimismo, destacó que “mediante el análisis de registros de cámaras de videovigilancia instaladas en las localidades de Sauce Viejo, Santo Tomé y Santa Fe, se pudo reconstruir parcialmente el recorrido de la camioneta y su ocupante”. Refirió que “en ese trayecto, el acusado se cruzó con tres testigos que lo describieron con características similares y lo reconocieron tiempo después en una rueda de personas”.

Por otra parte, la funcionaria del MPA indicó que “el informe de la autopsia arrojó precisiones sobre la mecánica del ataque”, y resaltó que “en el cuerpo de Sala había rastros de material genético del acusado”.

“También contamos con otros elementos de prueba que abonan nuestra teoría del caso, como la presencia de la huella palmar del investigado en un objeto con el que fue cometido el femicidio, así como el secuestro de la remera que vestía cuando escapó en la camioneta”, agregó.