Javier Sen fue condenado a prisión perpetua como responsable del femicidio de su pareja, Daniela Cejas. La audiencia se desarrolló esta mañana en la sala 1 del subsuelo de tribunales de la ciudad de Santa Fe, y el veredicto fue determinado de forma unánime por el tribunal conformado por los jueves Nicolás Falkemberg, Leandro Lazzarini y Pablo Ruiz Staiger.

“Estamos muy conformes porque la decision es unánime y contempló los dos agravantes planteados por esta Fiscalía”, señaló la fiscal Ana Laura Gioria, del Ministerio Público de la Acusación, a la salida.

Afuera y en paralelo, hubo una manifestación exigiendo justicia por Daniela y la perpetua para su asesino. "El femicidio de Daniela es el resultado de la violencia estructural patriarcal machista y sexista", indicaron en la previa de darse a concer la sentencia desde la Asociación Generar, donde Daniela trabajaba y en donde fue asesinada por su pareja.

Javier Sen tras conocer el veredicto (Foto: Notife.)
Javier Sen tras conocer el veredicto (Foto: Notife.)

"Quienes integramos esta asociación consideramos que el mismo es un acto de disciplinamiento", aseguraron y reiteraron el pedido de perspectiva de género en el Poder Judicial. "Justicia será el día que no nos falte ninguna", aclararon.

A Sen, de 51 años, se le imputaron los delitos de homicidio doblemente calificado (por el vínculo y por haber sido cometido por un hombre en contra de una mujer, mediando violencia de género -femicidio). 

El femicidio de Daniela

El femicidio fue cometido entre las 21:00 y las 23:00 del sábado 18 de enero de 2020 en la sede de una asociación civil Generar Santa Fe ubicada en 4 de Enero al 6.600. “La entidad lleva a cabo acciones en contra de la violencia de género y, al momento del ilícito, la víctima era la vicepresidenta”, precisó el MPA. 

“Con la intención de quitarle la vida, el acusado atacó a Cejas con golpes de puño y la asfixió a través de maniobras compresivas sobre el cuello y las cervicales”, recoró el MPA. A raíz de la agresión, la mujer murió en el lugar. 

“El delito fue cometido en un claro contexto de violencia de género”, sostuvo la Fiscalía y agregó que “tal como lo planteamos en las distintas instancias del proceso, el acusado y la víctima mantenían una relación desigual de poder basada en el control permanente que él ejercía sobre ella”.