Todos los 3 de junio se conmemora el Ni Una Menos, jornada que nació en 2015 en diferentes puntos del país impulsada por el femicidio de Chiara Páez. Ocho años después, el movimiento feminista crece y se planta en los diferentes espacios de la vida. Santa Fe no es la excepción y este sábado moviliza con el pedido de aparición con vida de Mónica Aquino a la cabeza.

En vísperas de una nueva jornada de reflexión y de lucha, personalidades feministas que acompañan e impulsan al movimiento en la ciudad compartieron a Santa Fe Plus sus experiencias y proyecciones. 

Jaqueline Busi representante de Docentes feministas Santa Fe; Stella Vallejos (EV), militante de DDHH y ex presa política; Lucy Serena Gimenéz (LG) referenta trans de la ONG Creando horizonte; Lucila Kessler (LK), integrante de la Campaña en emergencia en violencia hacia las mujeres; y María Angeles Guerrero (MG) de la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito.

Ni Una Menos: el recuerdo y los desafíos a ocho años de la primera marcha en Santa Fe

La gota que rebalsó el vaso

El femicidio de Chiara Páez, joven de 14 años asesinada por su pareja en la localidad de Rufino, fue un punto de inflexión en la tradición de los movimientos feministas de nuestro país y el nacimiento del grito Ni una Menos. En Santa Fe las organizaciones que impulsaban desde años antes actividades feministas garantizaron la logística de aquella primera marcha y el acto en la plaza.

Stella Vallejos relató que “fue la gota que rebasó el vaso, no sólo en Santa Fe, sino en el país y se extendió a países hermanos, porque la sociedad en su conjunto clamó "Ni una menos, vivas y libres nos queremos”.

“El reclamo de justicia por el femicidio de Chiara generó una rápida articulación y encuentro entre gran cantidad de organizaciones para la formación de la Mesa ni una Menos, como un espacio de militancia multisectorial", explica Jaqueline.

La masividad de esa primera convocatoria quedó grabada en quienes asistieron. Como Bussi, quien recordó “una marea de mujeres y disidencias desbordando la Plaza de Mayo”. 

"Me emocioné con la presencia de docentes con sus alumna/os, cursos completos de escuelas", contó Vallejos.

Lucy Gimenez relató que fue una revolución grande: “Las mujeres dijeron basta ‘hasta acá llegamos, queremos que nuestra voz se escuche’ y salieron acompañadas con sus familiares a la calle”.

Guerrero, por su parte recordó que en la plaza no se podía caminar. “Recuerdo el cuerpo a cuerpo, y que en aquel momento se decía que era la marcha con más convocatoria de la democracia reciente”.

—¿Cómo eran las convocatorias feministas antes del estallido de NiUnaMenos

—(SV): Seguíamos la agenda feminista: 8 de marzo día internacional de las mujeres trabajadores, 25 de noviembre día nacional contra la violencia de género, entre otros y por supuestos los octubres con los Encuentros Nacionales de Mujeres que en un proceso de mucho debate incorporaron en sus denominaciones los colectivos LGBTTT y las mujeres de nuestros pueblos originarios.

—(LK): Las convocatorias antes era muy pequeñas. Me acuerdo de estar en la peatonal con algunos carteles y juegos. Antes tratábamos de hacer cosas más interactivas. Éramos unas pocas tratando de poner en discusión lo que tenía que ver con el día de la mujer trabajadora.

Ni Una Menos: el recuerdo y los desafíos a ocho años de la primera marcha en Santa Fe

¿Cómo se abrió ese camino del movimiento feminista en nuestra ciudad y cómo ven su actualidad?

—(JB): Creo que el camino a transitar es el de la unidad. Los feminismos interpelan las formas tradicionales de hacer política, el desafío es trascender las tensiones partidarias y fortalecer el movimiento en sus aspectos político, plural, disidente y militante. 

—(LK): No vamos a poder resolver la situación de violencia, sino resolvemos la perspectiva del futuro para las mujeres que tiene que ver con la posibilidad de tener un laburo digno, de poder recibirte de alguna profesión, alguna carrera, tener un sueldo. Que haya espacios donde las mujeres tengamos esas otras oportunidades que en la ciudad hoy no hay.

—(LG): El feminismo en la ciudad se encuentra fragmentado, dividido políticamente. Creo que la política partidaria se metió mucho en nuestros hogares. 

—(MG): Nos debemos mucha escucha entre compañeras, venimos de una conquista muy importante que quizás lleguemos a dimensionar recién en algunos años, que es la legalización del aborto voluntario. 

Volver a la ronda chiquita, al mate, a compartir. Por eso estoy contenta con que en esta convocatoria haya talleres, es muy acertado.

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