Toda la historia parece digna de una serie de Netflix. Esta comparación se usó en varias oportunidades, pero esta vez se ajusta 100% a un guión. Primero, por el triple crimen de Ibarlucea cuando finalizaba el casamiento de Esteban Enrique Rocha y Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra, una pareja de distribuidores menores de droga, luego por la fuga de éstos, y ahora por su detención.

Después de que a la salida del festejo masivo en Ibarlucea asesinaran a una familia entera en un vehículo, el matrimonio se fugó a Paraguay. Claro, Pinky se encontraba excarcelado, pero su pareja Brisa estaba bajo prisión domiciliaria y decidió casarse de todas formas.

Desde aquella madrugada emprendieron la fuga. Después de casi un año, el matrimonio fue encontrado por el departamento Interpol de la Policía Nacional de Paraguay en un lujoso edificio de la ciudad de Asunción, llamado Miami. 

“Pinky” y Brisa fueron arrestados luego de un operativo de inteligencia que los atrapó sentados a la mesa de un bar junto a un pariente que había trasladado a los hijos del matrimonio para que los vean. En esa movida seguramente se filtraron datos y movimientos y fueron atrapados. Además, los investigadores tenían en la mira otro departamento que tendría vinculación con el matrimonio.

Así, del edificio Miami de Asunción a Rosario sin escalas. La extradición está en marcha y seguramente seguirán tras las rejas el proceso que los tiene como vendedores de droga de la organización que lidera Olga Beatriz “Tata” Medina, de 55 años, y que opera en los barrios La Cerámica, La Florida y Parque Casas del norte rosarino.