Un hombre de 46 años fue condenado a 13 años de prisión por haber abusado sexualmente de su propia hija cuando ella era adolescente en Santo Tomé.

La investigación que permitió llegar a la condena fue realizada por la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) de la Fiscalía Regional 1.

Abusos

El MPA indicó que “el condenado vulneró la integridad sexual de su hija en reiteradas ocasiones entre agosto y septiembre de 2016, época en la que convivieron en una casa de la zona sureste de Santo Tomé”.

“Agredió sexualmente a su hija y la sometió a otras situaciones traumáticas”, se aseguró. “Mediante engaños, le suministró fármacos que provocaron que ella se durmiera y no pudiera defenderse de los ataques”, se destacó. Asimismo, se señaló que “de manera habitual, le relató cómo mantenía relaciones sexuales con otras personas y le mostró videos y fotografías de contenido pornográfico”.

En la audiencia de juicio, la Fiscalía hizo hincapié en que “los hechos delictivos tuvieron entidad suficiente para adelantar el libre y progresivo desarrollo de la sexualidad de la hija del condenado”.

En cuanto a la investigación, el MPA informó que “inició el año pasado, luego de que la víctima -ya mayor de edad-, denunció lo ocurrido”. Al respecto, se destacó que “previamente, la joven omitió hablar sobre sus padecimientos debido al temor que le infundía su padre”.

Delitos

El hombre de 46 años fue condenado como autor de abuso sexual con acceso carnal y promoción a la corrupción de menores, ambos delitos calificados (por el parentesco y la convivencia).

La condena fue resuelta por los jueces Susana Luna, Luis Octavio Silva y Leandro Lazzarini en un juicio de procedimientos abreviados que se desarrolló en los tribunales de la ciudad de Santa Fe. La Defensa aceptó la atribución delictiva propuesta por la Fiscalía, la pena impuesta y la modalidad del juicio. A su vez, la víctima fue notificada y expresó su conformidad.

Identidad

Las iniciales del condenado son JCEL. Su nombre completo no se brinda para evitar la revictimización de su hija, quien comparte el apellido con él.