Un hombre de 35 años fue condenado a 13 años de prisión durante un juicio abreviado por el femicidio de Aixa Cuello, asesinada de un balazo en marzo del año pasado en un barrio del oeste de la ciudad de Santa Fe, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de Matías Daniel Ceccarossi (35), quien fue hallado culpable por un tribunal integrado por los jueces Martín Torres, Luis Octavio Silva y Pablo Busaniche, a causa del "homicidio calificado por el uso de arma de fuego", en perjuicio de Cuello (22).

Por el mismo caso, anteriormente había sido condenado a tres años de prisión en suspenso la pareja de la joven, identificado como José Andrés Barros (26), por el encubrimiento del crimen.

La investigación fue encabezada por la fiscal Alejandra Del Río Ayala, de la Unidad Especial de Violencias de Género, Familiar y Sexual (Gefas) del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

El homicidio de Cuello fue cometido el martes 29 de marzo del año pasado cerca de las 6 de la mañana en un pasillo del barrio Barranquitas de la capital provincial.

"Ceccarossi le disparó a Cuello con un arma de fuego. Lo hizo a corta distancia y delante de Barros", indicó la fiscal, quien precisó que "la mujer recibió el impacto de un proyectil en la zona del abdomen y falleció ese mismo día a causa de la agresión".

La representante del Ministerio Público relató que "45 minutos después del ataque, la víctima ingresó herida al hospital José María Cullen" y remarcó que "había sido trasladada hasta allí por los dos hombres que luego resultaron condenados".

"Cuando le preguntaron qué le había pasado a la mujer, Barros brindó una versión falsa de lo sucedido", sostuvo Del Río Ayala, quien añadió que "la madre del condenado se presentó en una subcomisaría y declaró de manera voluntaria que a su hijo se le había escapado un tiro hacia una mujer".

Luego, contó que durante su detención, Barros "les contó de forma espontánea a los uniformados que lo custodiaban que Ceccarossi había matado a Cuello y reveló adónde había sido la situación violenta".

"Cuando los policías revisaron el pasillo de barrio Barranquitas, hallaron restos de sangre y un proyectil", explicó la fiscal.

Ante esa situación, Barros fue condenado a tres años de prisión por haber intentado desviar la investigación y ocultar elementos para el esclarecimiento del hecho bajo la figura de encubrimiento agravado por la gravedad del delito precedente.