La docente y militante social Ana María Salgado falleció este domingo en nuestra ciudad, a los 72 años.

Recordada por su labor humanitaria durante la inundación de 2003, quedó en la memoria colectiva tras un cruce con el por entonces intendente Marcelo Álvarez, quien frente a medios peridísticos le aseguró que el agua “no iba a llegar” hasta la escuela en donde trabajaba.

Pero el agua sobrepasó ampliamente al colegio Monseñor Zaspe, de Santa Rosa de Lima, que por entonces Ana María dirigía.

Fue en tal marco que Salgado demostró su capacidad humanitaria, asistiendo a alumnos y familiares que, como ella, quedaron anegados. También encabezó los pedidos por justicia tras aquel suceso.

“Salgado, militante social y barrial, alojó a alumnos y vecinos en el techo de la escuela mientras abajo seis metros del agua del Salado cubrían el barrio. Mucha gente se salvó porque pudo treparse al techo alto y esperar allí el rescate”, se recordó en un artículo de Periódicas.

“Organizar donaciones, colaborar en los centros de evacuados, cocinar, buscar a los pibes y pibas para que no perdieran la conexión con la escuela, fueron alguna de las tareas que durante meses llevaron adelante siendo ellas, en algunos casos, también inundadas", se agregó en una crónica sobre cuatro mujeres claves “en aquellos días trágicos”.

En otro artículo periodísitco, publicado por Uno Santa Fe, Gisela Martínez Galiano la recordaba: “Recuerdo que Ana María Salgado, la directora de la escuela, estaba recibiendo a todas las familias... A las 11.30 de esa mañana el agua rompió los vidrios. Se escuchaban los gritos de los vecinos y muchos se empezaron a subir a los techos de la escuela. Me acuerdo cómo gritaba un chancho que había llevado un vecino. La gente trataba de subir a los perros, para salvarlos.”

Su opinión sobre la inundación de 2003

Asimismo, en una entrevista concedida a El Litoral, Ana María Salgado señalaba sobre aquella inundación: “Si no hay sentencia, no hay justicia. (Marcelo Álvarez) me había dicho que el agua no iba a entrar a Santa Rosa de Lima. Pero creo que él no fue el principal responsable. A lo mejor no estuvo a la altura de las circunstancias, quizás se metió en un cargo que no era para él. El responsable mayor tiene nombre y apellido: Carlos Alberto Reutemann (por entonces gobernador de la provincia)."

“Para mí, y me hago cargo de lo que digo, la inundación de 2003 fue un genocidio, un delito de lesa humanidad. ¿Por qué genocidio? Un genocidio es un ataque o exterminio contra poblaciones específicas (por decisión política). ¿Y a quiénes se quería exterminar? A la gente de la franja oeste de la ciudad”, completó la militante social.