El departamento La Capital cerró su tercer año consecutivo a la baja en lo que a cantidad de homicidios respecta. Una tendencia diametralmente opuesta a lo sucedido en el Gran Rosario, donde 2022 fue el año más violento de la historia.

Esta disparidad tan llamativa entre dos regiones tan cercanas y de la misma provincia tiene, no obstante, una explicación racional y política para los encargados de la materia en el gobierno provincial.

Consultado al respecto, el secretario de Política y Gestión de la Información santafesino, Jorge Fernández, indicó que si bien "es una lectura que implica un debate entre varios actores", señaló no obstante tres factores claves que permitieron "descomprimir la situación" en La Capital.

En primer lugar, sostuvo que la baja se debe al "buen laburo policial" que permitió "una mayor presencia en el territorio". En ese sentido, recordó que "al iniciar la gestión Perotti se descubrió que en la Unidad Regional I había un 60 por ciento de los oficiales haciendo tareas administrativas".

En segunda instancia, las "gestiones" que permitieron "fortalecer la relación con el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la Fiscalía". "Una simbiosis que se consolidó desde la asunción de (Jorge) Lagna y que permitió desarticular varias bandas criminales para reducir los índices de violencia".

Como ejemplo, resaltó que "en Santa Fe se le pegó duro a algunos delitos predatorios que implicaban mucho gasto prevenirlo, como el de motochorros".

El tercer "indicador importante" que permitió bajar la cantidad de homicidios en La Capital, para Fernández, es "el haber secuestrado muchas armas de fuego".

"Reducir la circulación de armas de fuego permite bajar la letalidad", señaló Fernández al respecto.

A contramano de Rosario, La Capital cierra el año menos violento desde 2005

Estado no tan presente

Al evaluar por qué la mayor cantidad de homicidios se concentran en los distritos Suroeste y Noroeste de nuestra ciudad, Fernández coincidió en que se trata de "una consecuencia por la desatención durante tantos años del Estado".

"La precariedad urbana, social, económica, laboral, cultural, etc., son un caldo de cultivo para que se concentre la violencia", explicó sobre "las zonas periféricas donde el Estado estuvo históricamente más ausente".

Seguidamente, explicó que "la criminalidad organizada" se presentan de diferente modo en La Capital y Rosario, dado que en este último departamento "es más complejo combatirlas porque hay organizaciones dedicadas al narcotráfico en una escala mucho mayor a la que se registra en Santa Fe".

Por eso sostuvo que la violencia altamente lesiva "tiene mucho que ver con la propia dinámica de las organizaciones criminales". Añadió que, por lo general, "son esas organizaciones y las disputas por los mercados ilegales que manejan las que explican la gran cantidad de los homicidios" en ambos distritos.

"Es una lógica empresarial para ganar espacios en determinados mercados ilegales, una disputa que no es por la oferta y la demanda sino a través de la violencia, y quienes la ejercen de manera más eficiente, ganan", amplió.

Finalmente, Fernández señaló un cambio cualitativo que complejizó la situación en Rosario: "Años anteriores se evidenciaba un monopolio u oligopolio del mercado ilegal del narcotráfico, hecho que cambió en los últimos años cuando las bandas mayores se desintegraron y aparecieron otras nuevas, que promovieron una mayor atomización".

"Todo ello generó mayores disputas en el territorio, y con ella la posibilidad" de que se registren más homicidios", completó el funcionario provincial.

También ponderó que en Santa Fe, "al haber disminuido los homicidios en 2020 y 2021, posibilitó que se pueda trabajar mejor sobre el presente".

"Tenemos mejor información y estamos atentos a dónde aparece la violencia, pero no debe olvidarse que también están los impredecibles, sobre los que no hay mucho para hacer", completó.