Emilio Perizzotti es el referente de Grávida Santa Fe, la ONG de raíces católicas acusada de obstaculizar el derecho a la ILE a una menor de Garibaldi que quedó embarazada luego de ser abusada en reiteradas ocasiones por su padre.

Este hecho, que cayó en manos del Gobierno provincial a fines del mes pasado y que tomó resonancia pública al constatarse la desaparición de la joven, expuso el modo de trabajar de estas instituciones y la capacidad de injerencia que tienen hacia dentro de un Estado que se supone laico.

Fue el propio Emilio Perizzotti quien tomó las riendas del caso cuando Grávida se anotició de la situación de la joven. Tal como señaló Santa Fe Plus, sucedió durante la primera semana de enero, luego de que una vecina de la familia de la víctima le contara al cura del pueblo sobre la situación de la joven, y éste le trasladara el mensaje a dicha ONG. 

Desde entonces, Perizzotti impulsó una serie de medidas a fin de “hacer lo imposible” para “salvar la vida” del feto. Tales fueron las palabras proferidas a una trabajadora social, con la que se comunicó para interponer su “objeción de conciencia” y que quedaron registradas en las actas burocráticas de la provincia. 

"El señor Emilio Perizzotti (referente de la ONG Grávida) se había comunicado con ella en malos modos, amenazándola y refiriendo que harían lo imposible por «salvar la vida del bebé, que no tenía la culpa de los abusos»”, son las palabras textuales que allí aparecen, de acuerdo a lo publicado en Aire de Santa Fe.

Luego se añade que “a partir de ese momento se intenta reconstruir lo sucedido entre el día 28/12 y el 2/1, donde la mamá y la niña habrían sido persuadidas desde un sector de la iglesia y de la ONG Grávida a continuar con el embarazo, y habrían sido trasladadas en el día de la fecha a la ciudad de Santa Fe donde le realizaron ecografía 4D y otros estudios a la niña”.

Cabe consignar que otro de los motivos que llamaron la atención sobre este particular fue una carta documento que la madre había presentado en el Hospital Iturraspe, revocando la solicitud de aborto que habían firmado días atrás, con una letra del texto muy distinta a la de la firma de consentimiento que había rubricado días atras, por lo que, evidentemente, la escribió alguno de los asesores del Grávida.

Por tales motivos el Estado provincial, bajo la responsabilidad política de la secretaria de Niñez, Patricia Chialvo, no habría podido avanzar con la ILE de la menor abusada.

“Los tiempos previstos para darle continuidad a lo acordado se vieron obstaculizados por la intervención de una organización civil que antepuso su objeción de conciencia frente a un derecho ya adquirido y sacó a la niña y a su madre fuera de la esfera del Estado”, consignaron.

Por el momento, Perizzotti y Grávida lograron su cometido. Mientras, desde Provincia dicen estar “evaluando” si cabe o no iniciar una acción legal contra dicha ONG.

La militancia antiderecho de los Perizzotti

Grávida funciona en Santa Fe desde 2004, cuando fue inaugurado por el arzobispo José María Arancedo como un Centro de Asistencia a la Vida Naciente.

En aquel entonces sus fundadores, Liliana y Emilio Perizzotti, lo ponderaban ante El Litoral como un espacio “cuyo servicio primordial es ofrecer un ambiente de contención para que la vida concebida sea acogida, centrando su mirada en el acompañamiento y asistencia a la mujer embarazada como primera depositaria de ese ser humano concebido”.

Con la discusión por el aborto legal muy lejos del horizonte democrático, ya hablaban de lo “lamentable” de que “ante los embarazos no esperados, no sean pocos los que ofrecen como única alternativa la opción del aborto, y a través de una campaña sistemática buscan por todos los medios posibles su legalización, incluso hasta distorsionando, para generar un impacto en la sociedad”.

Consecuentemente, Grávida fue una de las instituciones que más cuestionaron y se opusieron al debate por la legalización de dicha práctica sanitaria. Luego, con su sanción en enero de 2021, continuaron con su militancia bajo forma clandestina, tal como revelan los hechos trascendidos en torno a este caso.

Sin embargo no es la primera vez que Grávida interviene en un hecho así. En 2015, también lo hicieron ante la violación que había sufrido una nena de 12 años con discapacidad intelectual. La nena señaló a su padrastro como el violador. La madre y la nena pidieron que se realizara un aborto, amparadas en el artículo 86 del Código Penal, ya que la gestación era producto de una violación a una niña con discapacidad y ponía en riesgo su salud. 

En el Hospital Iturraspe fue abordada por la psicóloga María Belén Catalano, que no trabajaba allí pero militaba para Grávida. La convenció de no seguir adelante con el aborto, firmar el acta voluntaria para continuar con el embarazo y para reunirse con Perizzotti.

Pero la militancia antiderechos de los Perizzotti tiene varios antecedentes que incluso los vincula con la última dictadura cívico-militar. Es que Emilio es además hijo de Juan Calixto Perizzotti, represor condenado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Entre ellos, el aborto forzado al que sometieron a Silvia Suppo, quien había sido violada por la patota durante su detención. Según la causa, fue Perizzotti quien le anunció a Suppo que estaba embarazada y que iban a “reparar ese error”.

La también condenada María Eva Aebi se hizo pasar por la hermana de Silvia y junto con Adolfo Farina la llevaron secuestrada a una clínica en la zona de la Costanera, donde un médico le practicó el aborto. Después la volvieron a llevar al mismo centro clandestino donde la habían violado para que se recupere de la intervención.