Hernán Romero, alias Lichi, conocido en el ámbito penal como un preso de alto perfil por su influencia en el narcomenudeo en Nuevo Alberdi y el noroeste rosarino, sumó otra condena de prisión, a 24 años de reclusión por haber secuestrado y ejecutado a un hombre del entorno del clan Los Monos, a quien dieron por muerto luego de balearlo pero logró sobrevivir. Un hecho ocurrido el 4 de abril de 2020, apenas iniciada la pandemia.

El veredicto emitido este lunes por los jueces Nicolás Vico Gimena, Valeria Pedrana y Silvia Castelli también deparó una condena a 23 años de prisión a un hermano, Luciano Romero, de 23 años de edad. Para ambos, les cupo la figura de privación ilegítima de la libertad agravada por lesiones, tentativa de homicidio criminis causa, uso de arma de fuego, participación de menores de edad y portación ilegal de arma de guerra.

A Lichi Romero la condena se le unificó con otra anterior y redondeó 27 años de pena. Este hombre de 34 años ya estaba preso con una sentencia de 7 años de cárcel por lavado de activos, jefe de asociación ilícita, y robo calificado.

El fiscal Patricio Saldutti los halló responsables de haber secuestrado aquella noche de 2020, en su casa de Polledo al 3800 (barrio Fontanarrosa, ex Zona Cero), a un tal Joselito, un joven con prontuario vinculado al clan Cantero. Junto con Gastón Núñez (ya condenado) y dos adolescentes menores de edad (imputados antes), Luciano Romero capturó a la víctima, siempre siguiendo órdenes de su hermano Lichi, que las impartía por teléfono desde la Unidad Penitenciaria Nº6, de Rosario, donde se encontraba purgando condena.

Lo balearon en una pierna para reducirlo y lo subieron a un Peugeot 206 con el que lo llevaron hasta una vivienda de la zona, en Matheu al 3400. Allí lo torturaron para forzarlo a entregarles dinero y los títulos de propiedad de su auto y de su casa. Y como la víctima se resistió a obedecer, Hernán Romero dio la orden de llevarlo y ejecutarlo en la ruta 34.

Dos horas más tarde, ya sobre la medianoche, lo trasladaron hasta el kilómetro 4 de la ruta. A Joselito lo hicieron correr, como a los fusilados de José León Suárez en el '56, y le prodigaron unos 20 disparos. “Por no haber logrado el fin propuesto, y para procurar su impunidad”, interpretó el fiscal. Lo cierto es que a pesar de los varios balazos que recibió por la espalda, Joselito cayó y quedó malherido sobre la banquina. Luego, vecinos de la zona lo auxiliaron y así le salvaron la vida.

Los pistoleros dieron por muerto a su víctima y volvieron por ruta 34, como habían llegado.  

Núñez fue condenado en 2022 a la pena de 19 años y medio de prisión. 

En los días siguientes a esa ejecución, hubo repetidos enfrentamientos armados en Nuevo Alberdi, donde los atribuyeron a la represalia de Los Monos por el ataque a uno de los suyos.