En la sede de Interpol en Asunción, la policía dejó ver por un momento ante la prensa, aunque con los rostros cubiertos por prendas, a Esteban Rocha y su esposa Brisa Leguizamón, detenidos el jueves en un bar de la capital paraguaya.

Es el matrimonio rosarino que se casó el 28 de enero y que al término de su fiesta de bodas, en un salón de las afueras de Ibarlucea, sicarios aniquilaron a otra pareja y a su beba de 1 año y medio de vida.

Hasta Asunción llegó la pesquisa gracias a publicaciones en redes sociales de allegados a los fugitivos, y por un tatuaje inconfundible de la mujer, de 28 años, en una de sus piernas. 

Cuando la policía arribó con los detenidos a la sede de Interpol, un notero acercó el micrófono a Brisa.

—¿Qué podés decirnos de lo sucedido? -inquirió el cronista.

—Rohayhú Paraguay -dijo, sorpresiva, Brisa Leguizamón.

Luego el notero intentó lo mismo con “Pinky” Rocha, pero el hombre siguió de largo en silencio. 

El curioso momento lo reflejó el periodista paraguayo Raúl Bogarín en su cuenta de Twitter.

La palabra “rohayhú” en idioma guaraní expresa un profundo sentimiento de amor o cariño hacia una persona o lugar. Por lo tanto, se infiere que la rosarina declaró así su amor por el país que la alojó como prófuga durante un año.

Concluyó Bogarín en su mensaje: "Acá estuvieron durante un año sin ser descubiertos. Ella y su pareja, alias "Pinky" eran buscados por integrar una organización criminal dedicada al narcotráfico en Rosario, Argentina".