Federico Fulini confía en que la militancia barrial de La Corriente y su trabajo como concejal durante el período legislativo por terminar le dé el colchón necesario para superar las primarias y seguir abonando su candidatura al Palacio Municipal.

“Buscamos que la Municipalidad sea capaz de intervenir para bajar el precio de la comida”, señala como ejemplo de una de las medidas primeras que desea impulsar.

A la actual gestión le reconoce avances en obras que realizó “con dinero nacional”, pero señala que “la gente espera algo más que cemento”.

“Los vecinos quieren mejoras concretas para su vida cotidiana: quiere trabajar, llegar a fin de mes, que no le roben y hay una preocupación muy grande por el tema de las adicciones”, analiza.

Y si bien entiende que son reclamos “que excenden el mero municipalismo”, sostiene no obstante que “un intendente debe ser capaz de aplicar medidas inteligentes y creativas para intervenir en cada problema de las y los santafesinos”.

También hace foco en la situación de los jóvenes con consumos problemáticos, para quienes propones iniciativas basadas en el deporte, y en la inseguridad: “Se necesitan medidas concretas como la de profesionalizar el centro de monitoreo con inteligencia artificial”, dice sobre este punto.

"Queremos una Municipalidad que ponga en el centro a la gente"

―¿Qué balance haces de tu trabajo como concejal en el período legislativo que está por terminar? 

El balance es positivo por dos cosas. En primer lugar porque logramos representar al votante que convocamos en el 2019, siguiendo finalmente nuestros preceptos ideológicos doctrinarios. El concejal tiene ese perfil de “vehículo” de reclamo y de ser una voz para los debates de la ciudad.

Y en segundo lugar, a través de las iniciativas que fuimos presentando y algunas que vamos a presentar este año, pudimos plasmar el proyecto de ciudad que estamos elaborando. Eso me deja muy tranquilo y con la expectativa de que se pueda continuar en la Intendencia.

―¿Cómo vienen transitando la campaña?

―Viene todo según lo planificado. Tuvimos que diagramar un esquema de campaña sabiendo que no somos un aparato voluminoso, sino una organización con muchos años en la ciudad de Santa Fe pero que no es parte del Estado.

Tenemos una mirada muy concreta de lo que queremos para la ciudad de Santa Fe. Sí me sorprendió la predisposición del vecino para hablar cara a cara. Creíamos que iba a haber mucho rechazo de la sociedad, y la verdad es que al menos con nosotros no sucedió.

Supongo que se debe a que el vecino percibe que uno no está hablando desde la demagogia ni desde la construcción de eslóganes. Incluso un vecino se largó a llorar porque era florero del viejo Mercado Central y me dijo que ahí se podía trabajar. Nosotros proponemos recuperar un espacio similar.

Y por otro lado, un compañero de San Pantaleón se sintió identificado con nuestra propuesta deportiva porque él pudo salir de su situación de consumo problemático a través del deporte. Entonces cuando uno ve que son ideas que generan un eco en la vida cotidiana de la gente, lo hace sentir que va por el camino correcto.

Nosotros luchamos contra la burbuja que aisla al político de la gente. Logramos mantener nuestra presencia en todo el territorio durante estos últimos años. No tengo dudas de que nos va a traer buenos resultados.

―¿Cuáles son los principales reclamos que recogen en sus recorridas?

―Los reclamos no son sólo específicamente del municipalismo. La gente quiere trabajar, quiere llegar a fin de mes, que no le roben y hay una preocupación muy grande por el tema de las adicciones.

Sobre la Municipalidad vemos opiniones encontradas. Tiene que ver con los lugares donde las obras públicas llegaron. Es cierto que la Municipalidad pudo hacer muchas obras con el financiamiento del gobierno nacional. Eso se nota y se siente. Pero la gente espera algo más que cemento por parte de la Municipalidad. Los vecinos quieren que se intervenga en su vida cotidiana.

La actual gestión tiene voluntad de resolver los conflictos pero no tiene un plan. Hay una buena gestión de obras, pero no vemos con claridad un modelo de ciudad. Es lo que más criticamos. La Municipalidad debe tener una vinculación estrecha con los problemas cotidianos. Ahí está el núcleo de nuestras propuestas.

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―¿Qué propuestas tienen ustedes para enfrentar este panorama?

Lo primero que buscamos es que la Municipalidad sea capaz de intervenir para ayudar a bajar el precio de la comida. No es imposible porque es algo que ya pasó. Nuestra propuesta busca retomar un ecosistema que ya funcionó en Santa Fe hasta la década de los '80. El hito final lo marcamos en 1998 con la radicación del primer hipermercado de bandera norteamericana.

En ese tiempo se fueron destruyendo los mercados populares. Santa Fe tenía una serie de mercados distribuidos en toda la ciudad. Son espacios que generan una competencia sana entre vecinos.

Era un lugar muy potente y que generaba una sana competencia. Entraba un cliente y había muchas ofertas. Además se eliminaban muchos intermediarios.

Entonces proponemos reconstruir un mercado popular por año. Va a llevar tiempo construir un ecosistema. En segundo lugar, levantar un frigorífico municipal, que no solo brinde un servicio de faenado más accesible sino que ofrezca cortes populares para el barrio.

Era un servicio que teníamos y que por el contexto del neoliberalismo y las malas administraciones se fueron cerrando. Proponemos una empresa mixta que sea capaz de reinvertir para convertirse en algún momento en un frigorífico exportador.

Y por último volver a los modelos de ferias populares, para que los productores se vuelvan a acercar a los consumidores. Y que el Municipio pueda ayudar en la logística de esa ferias. Por eso proponemos levantar un mercado popular y cuatro ferias por año.

Después, entre lo ideal y lo real siempre hay una diferencia. Por eso antes de radicar un mercado debemos hacer un estudio y convocar a los vecinos costeros. También analizar los comercios barriales para no desertificar las zonas, algo que pasa mucho con los supermercados. Por eso estamos en contra de la radicación de los mini-supermercados que va a exterminar a los almacenes de barrio.

―¿Qué proponen para abordar a los jóvenes con problemas de consumo de sustancias?

Tenemos un programa que apunta a reducir las violencias relacionadas a este tipo de consumos. En octubre del año pasado ingresamos al Concejo un proyecto de Ordenanza bajo el título “Salimos Jugando". Es un programa que busca que todos los chicos puedan ir al club porque es parte de un sistema educativo paralelo.

En los clubes se aprende a ser disciplinado y a trabajar en equipo, además del sentido de pertenencias para con tu barrio. Yo fui toda mi vida al club y era muy feliz.

―¿Cómo ves el ecosistema de clubes?

―La situación es muy dispar. Hay algunos que están muy bien y hasta gerenciados. Pero hay otros que están en una siempre muy compleja y dependen del amor de la gente que lo habita cada día.

El problema es que falta una política de Estado lo suficientemente contundente para elevarlos. Son instituciones que hacen muy bien y se necesita poco para mantenerlos. Hoy solo se entregan aportes, que siempre se necesitan. Pero además hay que tener un programa concreto.

Por eso nuestro programa “Salimos Jugando” plantea una transferencia de recursos directa a la institución. Eso le daría previsibilidad al dirigente que hoy está ocupado en vender rifas para que pueda ocupar su cabeza en otra cosa.

Por otro lado, ingresamos recientemente un proyecto para declarar la emergencia en consumos problemáticos porque tenemos que defender a la familia.

"Queremos una Municipalidad que ponga en el centro a la gente"

―¿En qué sentido?

―En que hoy muchas de las familas que sufren estas problemáticas se encuentran desamparadas. El trabajo que hoy hace la Municipalidad no alcanza. A las familias solo les queda recurrir a un establecimiento privado, que son caros.

Siempre trato de comprender las causas de fondo por las que un chico llega a consumir. Generalmente se vive con mucho malestar y entremedio de situaciones de violencia, o sin la posibilidad de acceder a un trabajo: Entonces el sujeto necesita evadirse de alguna manera. Es muy triste ver eso.

Por eso proponemos la creación de un centro de día que atiendan las 24 horas. Porque además las situaciones más complicadas de consumo se dan a la madrugada.

Queremos construir una Municipalidad más humana que ponga a la gente en el centro.

―¿Qué tipo de Municipio ves hoy?

―Nos interesa convocar a las universidades y jóvenes que se dedican a desarrollar aplicaciones para consolidar un Estado más eficiente. Esto no quiere decir que se vayan a despedir trabajadores o que se piense en privatizar algún área. Pero Santa Fe tiene pocos recursos y muchas necesidades de aplicar el ingenio y la creatividad.

Observamos que para abrir un comercio hay que pagar impuestos y te demoran seis meses para habilitarlo. Entonces hay que ayudar al comerciante. Tengo un hermano que salió sorteado en el Procrear y debió esperar varios meses para que le habiliten el proyecto de obra. Es un crédito necesario, pero las demoras te lo planchan por la inflación.

Lo mismo sucede cuando uno pide que te poden un árbol. Y no es una situación que tenga como responsable a los trabajadores, sino que se da por culpa de la desorganización del Estado municipal.

Por ejemplo, yo siempre yo soy un opositor acérrimo de Uber, pero es necesario promover una aplicación estatal para no dejarle el mercado abierto a una empresa que se va a llevar el dinero afuera.

Este tipo de iniciativas son la mejor herramienta con la que cuenta el Estado para ocuparse de estos temas. Además se puede dar soluciones no solo al consumidor, sino que faciliten y apoyen al sector privado. Por eso planteamos una aplicación estatal que les permita dar un margen de ganancia mayor al trabajador de plataformas.

Queremos que la Municipalidad sea inteligente y que tenga creatividad para intervenir en los problemas de los santafesinos y de los privados. Es una forma de demostrar que la Municipalidad valora su trabajo y que tiene creatividad e ideas concretas.

―¿Qué proponen en materia de seguridad?

El municipio puede ayudar, siempre partiendo de la base de que no es su tarea primaria. La seguridad corresponde a la policía.

Pero un Estado municipal puede colaborar con medidas que apunten a bajar las desigualdades. Un ejemplo es las estrategias que planteamos màs arriba para bajar el precio de la comida, pero además lograr que cada chico pueda ir a un club o tenga los recursos para abordar su situación de consumo problemático.

Pero además hace falta medidas concretas como la de profesionalizar el centro de monitoreo con inteligencia artificial. Esto permitirá que tenga patrones para identificar movimientos en tiempo real. Se puede incluso generar una red de vigilancia junto al Ministerio de Seguridad.

"Queremos una Municipalidad que ponga en el centro a la gente"

Y por otro lado estamos convencidos de que la Municipalidad tiene acceso a información para organizar el territorio de un modo mucho más ágil del que podría hacerlo la gestión provincial.

El vecino tiene que poder reunirse con los referentes de las instituciones como iglesias, Estado provincial y municipal, fuerzas de seguridad… y que diagramen de manera colectiva la resolución de cada caso. Que la comunidad también participe en la construcción de sus propias políticas.

Lo importante es terminar con la demagogia. Por ejemplo, no podemos seguir planteando consignas como la de ‘Basta de Trapitos’. ¿Nos pusimos a pensar cuáles son las historias de cada uno de estos chicos? No digo hacer como que no pase nada, pero sí organizar salidas en comunidad.

Entonces buscamos un Municipio humano, creativo y cercano a la gente.

―A poco de las primarias: ¿qué primera evaluación hacés de la alianza con el espacio de Pablo Landó?

―Tomamos una decisión bastante difícil como la de salir temporalmente de las murallas de la ciudadela del Partido Justicialista, una elección que claramente tiene sus consecuencias.

Lo que priorizamos fue el buscar a otros sectores con los que tenemos acuerdos programáticos porque estamos convencidos de que es la única forma de que el campo popular pueda volver a gobernar la ciudad de Santa Fe. Solo se logrará en unidad.

Y la verdad es que se vuleve difícil traer a estos sectores hacia dentro del PJ. Entonces decidimos dar un gesto. Que vean nuestro convencimiento sobre este programa. Estamos muy contentos.

Entre Pablo Landó y Claudio Cherep se dará una linda interna que se está palpitando en los mejores términos. Son muchos más los acuerdos que las diferencias y logramos un armado interesante para construir hacia adelante.