El gobernador Omar Perotti y el presidente Alberto Fernández se reunieron el martes al anochecer en Buenos Aires, para recomponer el puente entre ambos, torpedeado por desencuentros y polémicas en torno, sobre todo, al tema seguridad pública y el reclamo santafesino a Nación.

Después de haber sostenido un inusual contrapunto de réplicas y contrarréplicas con el ministro Aníbal Fernández, el titular del Ejecutivo provincial fue directo al jefe de Estado para “reordenar los canales de diálogo y operativos”, confió una fuente de Gobierno.

El temario abundó sobre la necesidad de apurar el proyecto de ley sobre creación de nuevos juzgados federales y refuerzo de la estructura del fuero en la geografía santafesina, la administración y control de las cárceles que dependen del Servicio Penitenciario Federal, en tanto usina instigadora de delitos violentos en Rosario. Entre esos temas, pusieron sobre la mesa la instalación de inhibidores de señal en las cárceles federales. 

El Presidente, por su parte, reclamó compromiso de todo el arco político y atendió la demanda del gobernador con algún grado de garantía en cuanto a revisar la presencia y la operatividad de fuerzas federales en territorio provincial, sobre todo en Rosario. 

En el medio quedó ahora la figura del nuevo jefe de Gabinete, Agustín Rossi, que por su raigambre y conocimiento de la provincia podría ser el interlocutor ideal agilizar la relación Casa Rosada - Santa Fe. Eso, si antes el ex jefe de la AFI y el gobernador restauran su distante relación política.