Fue una semana vertiginosa, que no sólo eyectó al ministro de Economía, Martín Guzmán, sino que se regó de rumores de renuncias, de encuentros y desencuentros, pero todavía no terminó. En su plan de aparecer cada una o dos semanas, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volverá a encabezar un acto. Y cada vez que habla., algo cambia, alguien renuncia, algo tiembla, sobre todo la relación con el presidente Alberto Fernández.

Se presentará este viernes a las 16, desde Santa Cruz, en el marco de la inauguración del teatro municipal de El Calafate. Habrá lugar para protocolo y firma de convenios con universidades nacionales. Participarán la gobernadora Alicia Kirchner, dirigentes locales, intendentes y el ministro de Educación, Jaime Perczyk. Pero la comida política llegará cuando tome el micrófono.

Claro que genera máxima atención y probablemente tensión, ya que cada una de sus últimas intervenciones agitó al Frente de Todos. La última vez fue el sábado pasado cuando, en Ensenada, fustigó duro y parejo al Presidente y el rumbo económico. Pero mientras hablaba, . renunciaba Guzmán. A principios de junio, su discurso en el acto por los 100 años de YPF, aceleró la salida del exministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

Aquella ya lejana, por más que haya sido hace una semana, salida de Guzmán fue la peor crisis del gobierno, pero también sirvió para empezar de nuevo. Sobre todo porque las circunstancias obligaron al presidente a retomar el diálogo con la vicepresidenta y hasta cenaron a principios de semana para trazar las directrices. Incluso repitieron el encuentro días después y agregaron al tercer socio de la alianza, Sergio Massa.

Por todo esto, es posible que no tense la cuerda, no pida por funcionarios que no funcionan, sino que hable en tren de una suerte de refundación del gobierno que no puede encarrilarse y al que se le caen problemas económicos por todos lados.