Acorralados por la crisis política que atraviesa el Frente de Todos (FdT), agravada por la renuncia de Martín Guzmán al Ministerio de Economía, el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Kirchner se reunieron este lunes por la noche en la residencia presidencial de Olivos. Cena mano a mano para definir nuevas directrices, aunque no se sabe si ganó la tensión o distensión.  

La titular del Senado llegó a la residencia presidencial a las 21.15. Fue un cara a cara sin intermediarios, algo que no ocurría desde hace tiempo. La última vez que se habían visto las caras fue a principios de junio cuando compartieron el acto por los 100 años de YPF y derivó en la salida del exministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.

Esta vez el ánimo de la reunión fue poner de una vez por todas un límite a la interna. La idea de la cumbre para ese cometido surgió durante la conversación que el presidente mantuvo en la noche del domingo con su vicepresidenta por la definición del ministerio de Economía.

“El poder no pasa por ver quién tiene la lapicera, el poder pasa por ver quién tiene la capacidad de convencer”, sentenció Fernández el último viernes luego de que Cristina le había pedido que use la lapicera, es decir, accione. La respuesta llegó 24 horas más tarde en Ensenada: “¿Qué decía Perón? ‘Yo no persuadía con palabras, porque las palabras poco persuaden. Yo persuadía a la gente con hechos y con ejemplos’”. En rigor, pasaron de la disputa por la "lapicera" al cuchillo y tenedor. Se verá en las próximos días que tanto sirvió el encuentro y si fue una bisagra la salida de Guzmán y este lunes hicieron las paces.