Por Facundo Borrego

Las elecciones 2023 se acercan de a poco y, por más que para la ciudadanía ni siquiera estén en el radar de prioridades, la dirigencia hace lo suyo. Es una etapa de construcción, donde todos corren detrás de la amplitud para luego sí poder cimentar un proyecto. Pasa en el oficialismo provincial y también en la oposición santafesina, que, a su vez, volvió a poner en la mira a Omar Perotti. 

El gobernador sigue en su rol de centralizar todas las decisiones, no delegar, de achicar la mesa chica, algo que le ha pasado factura sobre todo en términos de comunicación. Lejos de aquel reclamo de los espacios justicialistas de ser parte de la gestión luego de sumar para ganar la provincia, Perotti abrió un poco el espectro, no mucho. Una amplitud en la coyuntura electoral que se vio evidenciada en la defensa del rossismo, puntualmente el jefe del bloque justicialista de Diputados. Leandro Busatto. Sin cañoneros ni escuderos que lo respalden al gobernador, con ministros desinflados y de poco peso en la palabra, el diputado defendió el acuerdo de la deuda histórica que la oposición se puso entre ceja y ceja. 

Es una jugada que no se cierra en la defensa a Perotti, sino más bien, trata de ser retributivo a la Nación, la otra pata que firmó el acuerdo, y, puntualmente, al presidente Alberto Fernández, como forma de cimentar su candidatura a gobernador por el albertismo. Hubo varias charlas del gobernador y Busatto, representante del espacio de Agustín Rossi, que no se explican en una cuerdo político, difícil pensarlo después de la interna agitada de 2021, pero que arrima las partes. De hecho, hay acercamientos con otros sectores del PJ. ¿Unidad? Muy temprano para esa palabra.

La opo más opo 

El radical Maximiliano Pullaro había puesto un freno al frente de frente XL que él mismo había fogoneado para competir contra el peronismo en 2023. En esa línea parece apelar a una ampliación de Juntos por el Cambio, o al menos, en lo discursivo con una radicalización en momentos que un gobierno es cada vez más endeble. "El modelo político asistencialista del kirchnerismo tocó fondo. Está totalmente acabado", escribió en su cuenta de Twitter cuando la ministra de Economía, Silvina Batakis hizo una rara mezcla con los dólares, viajes y puestos de trabajo.

Otro dato: la vicepresidenta del PRO Santa Fe, Gisela Scaglia le sumó fichas a la candidatura de Pullaro y se distanció del armador macrista Federico Angelini. La etapa de amplitud de este sector se vio en el desembarco de Miguel Ángel Pichetto, devaluado y todo, a Santa Fe para reunir al radicalismo de Pullaro y Michlig, al espacio celeste de Betina Florito, al pastor Walter Ghione, a Alejandro Boscarol y Lisandro Enrico. Sin embargo, sostienen que a la larga, "parece difícil que no se termine dando un frente".

Amplitud, movimientos para otro lado, y todos le rezan al frente de frentes. Hoy hay más ganas que realidad, sí, y mucho se lo atribuyen a la indecisión del socialismo. En tanto, el radicalismo referenciado en Julián Galdeano, y Creo de Pablo Javkin, descuentan que se armará. "Hablar de un Frente Progresista o Juntos por el Cambio más grande es una pelotudez", confía a este medio un operador que está en la rosca diaria. Quien será el candidato o candidata es otro tema, y allí se chocan.

El otro punto que empieza a emerger es el poroteo por las bancas en Diputados que ya empiezan a prometerse, en algunos casos dicen que de más, en otros, ni siquiera tienen para armar una lista potable, por más que se entusiasmen con su líder. La convivencia de los distintos espacios en un frente dependerá también de esos cálculos. Vale recordar que quien gane la elección a Diputados se lleva 28 bancas de 50, un dato que entusiasama a muchos, sobre todo al gobernador.