La ola reformista puso primera en Santa Fe. La política santafesina sorprendió al mostrar un principio de entendimiento en un tema que siempre fue candente, la Reforma Constitucional, y alimentó un debate de fondo que puede cambiar la vida de los santafesinos de manera palpable. Sin embargo hay varias cuestiones a analizar como por ejemplo si es el momento social para impulsarlo. Y más: ¿Por qué ahora sí y antes no? La reelección no corre para 2023, ni siquiera para 2027, con suerte en 2031, un tema que siempre fue un palo en la rueda.

Se trata de una etapa primitiva del debate; recién se empiezan a presentar los proyectos en la Cámara de Diputados provincial con el objetivo de modificar la Carta Magna. Hay seis iniciativas presentadas: Luis Rubeo (PJ), Gabriel Real (Partido Demócrata Progresista), Nicolás Mayoraz (Vida y Familia), Rubén Giustiniani (Igualdad y Participación) y Lucila De Ponti (Movimiento Evita). 

El radicalismo, por ahora, no aportó un proyecto propio y se tomará un tiempo para analizar orgánicamente qué postura definen. Hay una cuestión que influye en el radicalismo: no es el momento social para un debate que si bien persigue objetivos que benefician al ciudadano, también se tocan cuestiones de la organización política.  

Lo llamativo es que no hay ninguna iniciativa impulsada por el Ejecutivo de Omar Perotti. Parece ser que la oposición emprende una iniciativa históricamente oficialista a la que el oficialismo le corre el cuerpo.  El gobernador se excusa que es un tratamiento netamente legislativo; de hecho, había habilitado a principios de año la chance de avanzar con la nueva Carta Magna, aunque había arrojado la condición de que sea el Partido Justicialista el que empuje la iniciativa.

Entonces la pregunta es qué peronismo debería cargarse la idea al hombro y que abarque a todo el espacio y también la línea del gobernador. Imposible de contestar hoy. A modo de ejemplo, fue el Movimiento Evita, de fría relación con Perotti y de vínculo con Agustín Rossi, quien se adelantó y presentó por el lado del justicialismo una iniciativa. También se anotó Luis Rubeo, un ferviente crítico de la gestión provincial. Otras preguntas: ¿Qué nivel de protagonismo pretende el gobernador en un tema que quedará en la Historia? ¿Cuánto repercute que no haya reelección en su involucramiento? 

El socialismo sí tiene en claro el protagonismo que persigue: quiere ser el actor principal. Hasta armó una conferencia de prensa con toda la bancada de la Cámara baja para pisar fuerte y de entrada en ese sentido. De paso le sirve como plataforma para mostrar unidad y recuperar algo de la centralidad perdida en la política provincial.

Además está teñido de simbolismo y nostalgia: se retoma la idea reformista que presentó el exgobernador Miguel Lifschitz. En 2018 logró que el proyecto llegue a la Legislatura, aunque fue rechazado justamente por el componente reeleccionario que se preveía. 

“Es el momento apropiado para avanzar con una media sanción antes de fin de año. Hay un entendimiento común de dejar de lado la reelección que ha sido siempre lo que traba la discusión y la ata a la coyuntura política”, sostuvo a Rosarioplus, Lucila De Ponti del Movimiento Evita. 

Lo cierto es que en una segunda etapa, cuando el debate se aproxime, también influirá el escenario 2023. De hecho desde el momento de presentar o no un proyecto de semejante influencia ya se está realizando una proclama política. Las posibles alianzas electorales y posicionamientos empezarán a jugar, por más que se intente tomar a la Reforma como un bastión apartidario y no un trofeo político.