Gustavo Schnidrig

La sequia que afecta a la bota santafesina y a buena parte del país tiene su correlato concreto en el precio y la calidad de las frutas y verduras que a diario consumimos.

Se debe en gran medida al impacto de este fenómeno sobre los pequeños productores del Gran Santa Fe, pilares del abastecimiento al Mercado de Productores local y quienes por lo general no cuentan con las herramientas necesarias para hacerle frente a los vaivenes climáticos.

Aldo Galean, por caso, dice estar en serias dificultades para mantener los “entre 15 y 18 surcos" que trabaja “sobre un terreno de dos hectáreas” ubicado en el kilómetro 18 de la Ruta 1, altura Monte Vera: "Las ventas nuestras y de otros compañeros cayeron a la mitad", asegura al respecto.

Este pequeño agricultor, nucleado en la rama de Agricultura Familiar de la UTEP y el Movimiento Evita, también cuenta que cultiva sobre un terreno que alquila y comparte junto a otras dos familias. Y remarca que hoy todo excedente se usa “para pagar el alquiler” de la quinta… “cuando se puede”.

Por la sequía podrían subir los precios de frutas y verduras, pero descartan faltantes

Aldo cosecha “todo de hoja: lechuga, acelga, remolacha, etc.". El principal destino de sus productos, al igual que el de la mayoría de sus colegas del cordón frutihortícola del Gran Santa Fe, es el Mercado de Productores y Abastecedores local.

Su titular es Carlos Otrino, quien augura un verano bravo pero espera una “situación más normalizada” hacia febrero.

¿Cómo puede afectar en la góndola?

Consultado sobre el impacto que tiene la sequía en el consumo de las y los santafesinos, Otrino resaltó que “si bien es difícil que haya mermas de los productos, los precios pueden subir porque vienen de mas lejos”.

El 2022 se posicionó 18º entre los años más secos desde 1961

Se explica: “Los productores de esta zona tendrán mas mercaderia en febrero. Pero desde fines de diciembre y hasta ahora vienen poco de esos lados, y nos abastecemos en cambio de las zonas más frías como puede ser el sur de Buenos Aires o Mendoza. Esto ya ocurrió en otros años, pero se profundizó con la situacion de los tres años consecutivos con el fenómeno de La Niña.”

“El que no tiene riego se enfrenta a este tipo de situaciones”, explica. También añade que tener un sistema de riego “es muy caro” y pocas veces accesible a un pequeño productor.

No obstante, resalta que la situación de Santa Fe no llega a ser “todavía” como la de otras provincias donde La Niña repercutió más fuerte.

—San Juan, por caso, viene transitando dos años muy malos en cuanto a producciones propias. Sus cosechas sufrieron mucho el estrés hídrico, y en Santa Fe aun no estamos a ese nivel. Pero también espero que en febrero empiece a normalizarse la situación de la produccion local, porque contar con un cinturón verde o periurbano propio es un diferencial para los mercados—, comentó Otrino.

Es por todo este panorma que Aldo Galean, en tanto pequeño productor, plantea lo “imposible de salir adelante sin la ayuda del Estado”: Nos faltan herramientas y sin ganancias no las podemos alquilar—, se explica.

Vecinos mocovíes se organizan por una estructura laboral campesina

Y agrega: “Tampoco tenemos tractor y lo debemos alquilar: nos lo cobran entre 7 y 8 mil pesos la hora. Se nos complica también conseguir semillas, porque están a precio dólar y son carísimas.”

Galean señala no obstante que su delicada situación podría resolverse “en gran medida” con una media sombra que le permita proteger lo cultivado, pero que “no posee fondos” para adquirirla.

También cree que “podría ser peor”: “Varios productores nos dicen que ya no les irriga la tierra, pero nosotros contamos con una autobomba y nos permite regar con la manguera”, dice.

Consultado sobre algún beneficio recibido en el marco de la Emergencia Agropecuaria, señala: “Acá no se ha acercado ningún funcionario”.