Luego de un extenso período de negociación, el magnate sudafricano, Elon Musk, completó la compra de la red social Twitter por un valor total de 44.000 millones de dólares, la misma cantidad de dinero que el FMI le prestó al Gobierno de Mauricio Macri en 2018.

Tras la adquisición de la popular red social, el director de Tesla procedió al despido de sus principales directivos.

Con una operación de esos valores, los accionistas de la compañía recibirán 54,20 dólares por cada acción y Twitter pasará a ser propiedad del empresario, que ya anunció planes de cambiar las políticas de moderación de contenido de la red social, para apostar por "una mayor libertad de expresión".

El cierre de la compra, concretado este jueves por la noche, pone fin a meses de vaivenes entre la red social y el multimillonario por la adquisición de la compañía, ya que a pesar de acordar una oferta inicial, Musk anunció meses más tarde que daba marcha atrás, alegando que los directivos de Twitter no habían accedido a sus peticiones.

En concreto, el magnate pidió a Twitter el número exacto de cuentas falsas que había en la plataforma, así como el modo que tenía la compañía de auditar dichas cuentas y de eliminarlas.

Debido a eso, y después de demostrar durante meses su exasperación con la forma en que se gestionaba la red social, Musk despidió al director ejecutivo de Twitter, Parag Agrawal, así como a otros dos altos cargos.

La concreción de la compra tiene lugar un día después de que Musk anunciara a los empleados de la compañía que se retractaba de despedir al 75 por ciento de los trabajadores, como había estimado inicialmente.

Según consignó la agencia de noticias Europa Press, la compra de Twitter por parte del multimillonario podría afectar al funcionamiento de la plataforma, que tiene directo impacto en gran parte del sistema político y de los medios de comunicación de todo el mundo.