Este miércoles 25 de mayo se celebró el centenario del Museo Provincial de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez”, cito en la ciudad de Santa Fe y dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno santafesino.

En su histórica sede de 4 de Enero al 1500, en el barrio sur, en pleno casco histórico de la capital, el festejo reunió a funcionarios, artistas, personalidades, y a cientos de santafesinos y santafesinas que fueron a ser parte, una vez más, de la vida de El Rosa.

El acto protocolar estuvo presidido por el presidente Provisional del Senado a cargo del Poder Ejecutivo Provincial, Rubén Pirola; junto al ministro de Cultura de la provincia, Jorge Llonch; el intendente de la ciudad de Santa Fe, Emilio Jatón; y la directora del museo Rosa Galisteo, Analía Solomonoff.

Para la celebración, músicos y músicas de la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe y del Coro Polifónico Provincial ejecutaron las estrofas del Himno Nacional Argentino desde una decena de pantallas distribuidas en todo el museo, guiando y acompañando a los presentes en la entonación de la canción patria.

El Rosa Galisteo celebró sus 100 años de vida

La fiesta comenzó a la media tarde. Los ocho coros de la Escuela Provincial de Música Nº 9.900 “Instituto Coral”, bajo la dirección de Claudio Rioja y codirección de María Soledad Gauna.

Los coros infantiles Jilgueritos y Gorrioncitos, el Coro Juvenil Femenino, el Coro de Niños Sede Centro, el Coro de Niños Sede Norte, el Coro Masculino, el Coro Mixto y el Ensamble Coral, llenaron de música el museo brindando un variado repertorio de música argentina y latinoamericana.

La presentación de los coros en todos los espacios fueron una invitación a recorrer las salas y disfrutar de las más de 2.700 obras del museo, en la muestra patrimonial de gran escala “Museo Tomado”.

En la Reserva Patrimonial, la propuesta fue la instalación Site Specific a partir del archivo visual y sonoro del museo, con curaduría de Juan Curto, performance sonora de Emmanuel Bayúgar y ambientación visual de Ponchi Insaurralde.

A la par, en las salas patrimoniales, se encuentra la línea del tiempo, un recorrido histórico para activar la memoria de la institución. Se trata de una acción en progreso, que propone a la comunidad junto al área pedagógica, intervenirla, cuestionarla, completarla con las memorias individuales y colectivas en relación al Museo.

Para el cierre, se activó el piano con “Set de Máquinas + Piano” por Florencia Vera (Flowi), integrante de la agrupación rosarina “Lalalas”. En un solo set, la artista combinó sonidos del piano de cola del museo sampleados en composiciones electrónicas propias, mezclando así lenguajes analógicos y digitales, poniendo en tensión y amalgamando las prácticas instrumentales clásicas y contemporáneas.

1922-2022

Un museo puede ser grande en metros cuadrados. O puede ser grande por las obras que alberga. O puede ser grande por tener muchos años de vida. También puede ser grande por recibir a grandes artistas. Muy pocos museos en el mundo tienen estas características todas juntas. El Rosa es uno de ellos.

El Museo Provincial de Bellas Artes “Rosa Galisteo de Rodríguez” es un emblema, también, de la ciudad de Santa Fe y custodia uno de los acervos más numerosos de arte argentino. Y acaba de cumplir cien años. Un siglo desde que fue pensado, gestado y construido como museo público, abierto a todos, a toda la gente y a todos los artistas.

Un 24 de mayo de 1922 las y los santafesinos celebraban la apertura del Museo Rosa Galisteo, un acontecimiento cívico y cultural cuyas reverberaciones infinitas, 100 años después, vuelven a convocar a la comunidad en torno al arte, el pensamiento, la música.

La historia del museo comienza en los patios santafesinos, cuando un grupo de amigos –artistas, gestores, colegas– se reunía a imaginar una casa para el arte, para las y los artistas, para los espíritus curiosos y poetas.

Martín Rodríguez Galisteo –abogado y político santafesino– había viajado por Europa y había quedado maravillado porque todas las ciudades que visitaba, por pequeñas que fueran, tenían espacios donde conservar su memoria y brindar refugio al arte. Se preguntaba por qué la ciudad de Santa Fe no podría también tener su propio museo.

En 1920 Rodríguez Galisteo encargó construir un edificio –la propiedad donde hasta la actualidad se asienta el museo– y en 1921 lo donó a la provincia, con la firme convicción de que la cultura debía ser un asunto público. También señaló los primeros pasos de hacia adónde proyectarlo: el nombre que debería llevar, en homenaje a su madre “Rosa Galisteo de Rodríguez” y su finalidad de ser biblioteca y resguardo del arte argentino.

Desde aquel entonces, el Museo Rosa Galisteo de Rodríguez es escenario y parte de la vida cultural de la Provincia, de Argentina y dialoga con instituciones del mundo entero. Su acervo patrimonial es considerado por curadores e investigadores como uno de los más importantes del país.