"El mundo es mío, porque lo sueño desde crío", afirma en una de sus tantas batallas Ezequiel Matterzon, conocido como Rusty en el ambiente del freestyle.

El joven sabalero de barrio El Tanque compite en el ambiente desde hace siete años. Con sólo 20, es puntero de Pozo Freestyle con 9 puntos en la tabla anual. Quedó puntero en la primera fecha y segundo en la segunda.

En comunicación con Santa Fe Plus, Ezequiel recuerda su primera batalla donde se sorprendió ganando una tarde en la costanera de Santo Tomé. “Sentí una sensación de orgullo enorme, festejé como si hubiera hecho un gol. Pasé de ronda y festejé gritando, fue hermoso”, describe. 

La movida freestyle crece año a año y las plazas se llenan cada vez más en la región. Con un módico costo de $200 (incluso menos, depende el evento) se puede participar. A principios de 2010 empezaron a realizarse batallas de gallos en Santa Fe donde el flow, rima, familia y compañerismo confluyen.

Créditos: @sago.ph | El Pozo Freestyle
Créditos: @sago.ph | El Pozo Freestyle

La primera batalla: "gritar un gol"

Rusty conoció las rimas por un amigo. Le mostró una batalla de JNO vs Aczino, un rapper mexicano contra uno chileno, en cuartos de final (año 2015) y pensó: "No puede ser lo que hacen estos tipos, es increíble". 

De ahí en más gran parte de su adolescencia se basó en el freestyle. "También me ayudó a relacionarme socialmente, me dio una personalidad”, reflexiona.

En su primera batalla, Ezequiel ganó. Fue en la costanera de Santo Tomé. Junto a su amigo se enteraron del evento por Facebook y decidieron participar. Un joven Rusty, de doce años y una cabeza más bajo que su contrincante, fue elegido como ganador.

“Literalmente había visto una sola batalla antes de ir a competir, y había rapeado durante todo ese mes, claro, en esa plaza. Pero había visto solo una y me animé así, de entrada”, recuerda sobre la experiencia que gritó "como un gol”.

—¿Por qué elegiste el freestyle?

Porque es lo que más encaja con mi vida. Haberlo elegido es como un descargo. Me sirvió como una catarsis y es la disciplina que más encaja con mi vida, porque es total improvisación.

Captura de primera batalla | Costanera Santo Tomé (2015)
Captura de primera batalla | Costanera Santo Tomé (2015)

Las plazas

La cantidad de competidores y competidoras aumenta año a año. Rusty dice que actualmente participan alrededor de 200 personas. “Se forma un ambiente familiar, de respeto y eso está re piola”, comenta.

“Hay personas que ya estaban cuando arranqué y hoy siguen rapeando. Pero hoy se rapea muy diferente, lo noto en ellos y en la movida en general”, describe el rapper sobre el crecimiento de la movida urbana.

Los mensajes fueron mutando, como las formas bajo las cuales se compite. También los mensajes que se manifiestan durante las batallas: “Antes parecíamos pides bardeándonos, porque se insultaba mucho y ahora ya no es necesario”, explica.

Él hace mucho no insulta en una competición: “Me siento re bien, por que demuestra que evolucionó el género y no necesito ir a lo básico”. Y agrega: “De todas formas podemos bardearnos en una compe o debatir una idea porque pensamos diferente, pero terminamos las batallas y nos despedimos con un abrazo”.

Subir una montaña rusa

Rusty habla sobre la adrenalina de participar en una competencia. “En siete años que llevo rapeando, nunca dejé de ponerme nervioso, creo que sin esa adrenalina dejaría de competir, porque es lo que más me gusta”, describe.

“Siento esa adrenalina con toda la gente mirándome, que la podés usar a tu favor o en tu contra. Es como subir una montaña rusa pero para rapear, algo de lo que uno se acostumbra”, indica.

—¿Qué le dirías a quienes les gustaría empezar?

Le diría que se animen y que usen los nervios a su favor. Para pensar y entrenar. Tienen que entrenar o practicar en sus casas, porque el freestyle es también como un deporte. 

“Que no dejen de divertirse y de disfrutar. Que al fin y al cabo, podemos disfrutar y eso es lo bueno. Si uno piensa solo en competir y en ganar no disfruta, pero la onda es disfrutar. No es necesario ganar para estar bien, sino encontrar una evolución en uno mismo”, completa.