Pedro Brieger es periodista y sociólogo, especializado en el análisis de la política internacional. Tiene una extensa trayectoria, fue premiado numerosas veces y publicó libros sobre los temas más importantes del siglo XX, como la situación de Medio Oriente, la Guerra del Golfo y el conflicto entre Palestina e Israel. 

En su paso por la ciudad, donde disertó ante más de 300 personas, invitado por el diputado provincial Leandro Busatto, visitó la redacción de Santa Fe Plus para charlar sobre la labor periodística, el conflicto de Rusia y Ucrania y la actualidad política latinoamericana.  

--En la actualidad, dirigís Nodal, el primer portal informativo que da cuenta de los procesos políticos económicos y sociales de Latinoamérica y el Caribe. ¿Cómo surgió? ¿Por qué es importante para la región?  

--Nodal es el producto de casi nueve años de trabajo. Desde que comenzó la era de internet, para encontrar noticias de  América Latina y el Caribe, tenía que ingresar a diferentes portales. Todas las mañanas entraba a un diario de México, otro de Brasil, otro de Chile. Eso me llevaba muchísimo tiempo y no me resultaba fácil. 

En ese momento descubrí dos sitios que llamaron mi atención. Uno fue www.antiwar.com, que en 2003, cuando fue la invasión de Estados Unidos a Irak, reproducía artículos del mundo anglosajón sobre la guerra. Aquí ocurría algo muy interesante: si Australia enviaba aviones de combate, la prensa australiana no lo publicaba, pero sí lo hacía la prensa de Nueva Zelanda. Entonces el sitio web replicaba las noticias que producía Nueva Zelanda.  Ni siquiera existía una crítica a los medios de comunicación o al gobierno australiano, que no publicaba la información, porque total la sacaban de otro lugar.  

Otro sitio que me resultó interesante fue www.holaafrica.com, que es bastante similar a Nodal y brinda información sobre 55 países del continente. En ese momento empecé a preguntarme por qué no teníamos algo similar, que nos permitiera en dos minutos saber qué está ocurriendo en América Latina y la región. 

Durante varios años estuve pensando cómo hacerlo, no quería un blog artesanal, quería algo profesional. Un día conversando con Ignacio Ramonet en Ecuador me dijo: “si no lo hacés vos, no lo va a hacer nadie” y ahí me terminé de decidir. Hablé con Aram Aharonian, que fue el fundador de Telesur y le gustó la idea. Él tenía la "Fundación para la Integración Latinoamericana", que me brindó su apoyo. Así surgió Nodal, un portal que tiene dos características fundamentales: el  99% de la información surge de América Latina, no de las grandes agencias internacionales de comunicación. ¿Por qué tengo que enterarme de las noticias de Paraguay a través de la agencia EFE de Madrid?, no tiene sentido. La segunda característica es que aparecen todas las posturas, voces a favor y en contra, no es un portal progresista dirigido a un público progresista, eso es un capital importante que permite que Nodal sea leído por todo el mundo.

--¿Cómo analizás el conflicto entre Rusia y Ucrania? ¿De qué manera impacta en América Latina? ¿Y en Argentina en particular? 

Me cuesta determinar cuál fue exactamente el impacto en Argentina. Seguramente lo tenga: los cambios respecto a la energía, los granos, el gas.  La inflación no, porque es un problema histórico en nuestro país. Pero tuvo un efecto, la invasión rusa a Ucrania obligó a todos los gobiernos del mundo a posicionarse. 

Por ahora no veo ninguna perspectiva de negociación, Rusia no logró ocupar ni siquiera el territorio del Este de Ucrania. Hay muchos detalles que se nos escapan y que dificultan el análisis, porque no tenemos acceso a los documentos confidenciales como para saber cuáles fueron los objetivos reales de Rusia, si fue tomar la Capital o la zona del Este, si era recuperar Crimea. Es difícil de saberlo ahora, tal vez dentro de varios años lo podamos dilucidar.

Al no saber los objetivos concretos de Rusia, tampoco podemos entender qué buscan. En un artículo publicado en julio de  2021, Putin manifestó que Ucrania era parte del territorio ruso, sin embargo no es lo que dicen constantemente. 

Eso ya sería una visión: saber al menos que consideran que Ucrania es parte de Rusia, que por distintas circunstancias se perdió con los diferentes acuerdos, por lo tanto tampoco sería una invasión para ellos, incluso la denominan “Operación Militar Especial”.

Otro elemento importante en este conflicto fue la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la provocación permanente de EE.UU. No justifica la invasión, pero permite comprender la respuesta rusa. 

--¿Cómo se posicionó nuestro país ante el conflicto, teniendo en cuenta la situación interna y los acuerdos a nivel global?

Los gobiernos se manejan por intereses más que por ideologías y somos parte del continente americano, por lo tanto el vínculo con Estados Unidos es muy importante, su zona de influencia es América Latina, incluyendo la Argentina.

Alberto Fernández realizó una visita a Rusia un poco antes de la invasión, también mantiene acuerdos comerciales con China que son muy importantes para nuestro país. China no apoya a Estados Unidos, sino que apoya a Rusia en lo que está haciendo.  Entonces hay que mantener un delicado equilibrio, complicado de sostener. No soy de calificar lo que hace un gobierno, sino que trato de comprender qué es lo que están haciendo y están en una situación realmente compleja.

-Comenzó formalmente la campaña en Brasil y Lula, según las encuestas tiene posibilidades de ganar el 2 de octubre. ¿Cómo crees que afectará esto en  la relación con nuestro principal socio comercial?

–No me guío por las encuestas, creo que pueden dar un cierto sentido sobre lo que está pasando en un momento. Pero la encuesta de abril no te permite saber qué es lo que va a pasar en octubre y de hecho hay sorpresas, lo hemos visto en Colombia, cómo un candidato que nadie tomaba en cuenta llegó a la segunda vuelta. En Brasil también, todos los políticos querían evolucionar en la segunda vuelta porque pensaban que iban a derrotar a Bolsonaro fácilmente.

Hay que manejarse con cautela respecto a lo que está pasando, porque subestimaron en las elecciones pasadas a quien hoy controla el Estado, que es Jair Bolsonaro, y tiene recursos que antes no tenía, posicionamiento, viajes, influencia. Veo difícil que Lula gane en primera vuelta y hay que ver en la segunda.

-- Dentro de la región, y en la disputa entre los diferentes proyectos políticos más progresistas -en el sentido más amplio del término- y los más liberales, Colombia siempre estuvo alineada a la derecha y a EE.UU. ¿Qué opinás del actual presidente Gustavo Petro?

Hay algo novedoso, casi inesperado, porque efectivamente es la primera vez que hay un gobierno de izquierda en Colombia.

También fue inesperado con Fernando Lugo en Paraguay, con José Manuel Zelaya en Honduras. Está claro que Colombia tiene un peso muy importante en la región. La frontera con Venezuela, el Plan Colombia, tiene un lugar central para Estados Unidos. Creo que la aparición de Petro da un aire fresco para la región, innovador.

En su discurso se ve claramente, trae ideas que podían haber estado mechadas en los diferentes gobiernos progresistas (nacionales, populares, socialistas, peronistas), no importa como los llamemos ahora. Pero desarrolla temas como la ecología, los recursos naturales, la soberanía alimentaria, el feminismo, los cuidados, la paridad. Planteó que hay restablecer las relaciones diplomáticas con Venezuela, también manifestó la necesidad de reforzar la integración latinoamericana, criticó no haber trabajado de manera conjunto con la compra vacunas durante la pandemia. Esto marca un sentido estratégico que no veíamos antes, ahora le toca lo más difícil, que es gobernar.

-- ¿Y de su par chileno, Gabriel Boric?

Llegó casi de casualidad a la presidencia, es una emergente indirecto de las protestas de 2019 que no tuvieron liderazgo, continuidad de las protestas estudiantiles de 2011, pero que también tomaron por sorpresa a quienes protagonizaron las luchas en el 2011 y que tampoco fueron los principales protagonistas en 2019.

Su gabinete es también paritario, renovador en algunos sentidos, pero que tiene serias dificultades para recostarse sobre las movilizaciones que hubo en 2019.

También hay una situación particular, porque en paralelo hay una Asamblea Constituyente que redactó una nueva Constitución, que deberá ser aprobada el próximo 4 de septiembre. Creo que mucho depende de ese resultado, hay que ver cuánto se involucra, aún no me queda claro.