El sector pyme acusa el impacto del rumbo que el gobierno de Javier Milei le imprime a la economía nacional. “Un golpe de knock out”, resume un referente del sector como Julián Moreno, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme), quien visitó Rosario esta semana para confirmar el mal presagio que campea en el aparato productivo del país. “No tenemos esperanza de que esto mejore. Vamos cuesta abajo a una velocidad que nunca antes habíamos experimentado”, dijo el empresario a RosarioPlus.

Luego de una semana en la que la Federación Industrial de Santa Fe reveló una caída interanual de la actividad de más del 11 por ciento, los jugadores de menor envergadura –pero que aportan la mayor capacidad de toma de mano de obra– confirman que el presente es preocupante y pronto se resentirá el nivel de empleo. 

“No hay demasiada esperanza de cambio y ya estamos pensando en suspensiones, despidos. Según de qué gremio se trate, hay sectores que ya empezaron. La construcción, por ejemplo, al haberse detenido la obra pública y gran parte de la obra privada, comenzó con los despidos. En el sector privado todo apunta a que esto continuará en ese sentido”, lamentó.

Moreno estimó que la retracción de la actividad comercial minorista oscila entre 30 y 60 por ciento interanual según la zona del país que se observe. Lo connotable es el mismo dato: “Eso implica que los comerciantes están consumiendo stock, dejando de hacer pedidos, y eso se traduce en que las industrias están prácticamente detenidas y viendo cómo actuar en el futuro inmediato en donde no se avizora ningún cambio”. 

El vaticinio, pesimista. “Esto no permite agarrarse de ninguna esperanza. No queda otra que retroalimentar ese proceso de pérdida de poder adquisitivo para el trabajador, despido, baja de consumo, menos producción… una caída. Vamos por el cañadón rodando a una velocidad que no conocíamos. Tenemos muy poca esperanza de que esto cambie”, se sinceró.

El titular de Apyme refutó la prédica del gobierno acerca de la necesidad de tomar sacrificios para sincerar la economía y despegar después. “No le encuentro la razón. Ellos dicen que venimos bien, y hace tres meses que venimos de mal en peor. El gobierno dice que le va bien y nosotros cada vez peor. No sé dónde estará ese piso. Hoy hay muchas empresas en situación muy crítica y sin posibilidad de esperar 3 o 6 meses o cuándo se llegue a ese vértice del despegue en V. No tiene sustento porque si vamos a tener un país con menor masa de trabajadores, menor mercado interno, con energía cara, con costos en dólares caros… qué inversión vendrá? a buscar qué? Excepto minería, petróleo, commodities. El resto de las actividades de las que vivimos el 99% de los argentinos va a estar por el piso”.

Por todo esto, Moreno reparó, por caso, en la consecuencia que depara la intención de abrir la importación como estrategia para contener los precios internos y bajar la inflación. 

“Es un golpe de gracia, el knock out. Si venimos con un mercado reducido como el que vamos teniendo, y si aumentan los costos en dólares como estamos sufriendo, a pesar de que los salarios no recuperan poder adquisitivo, la inflación hace que esos costos sigan subiendo, la energía. Entonces estamos cada vez menos competitivos, y si abren la importación directamente nos borran del mapa”, dijo Moreno. 

En este sentido, concluyó: “No hay ninguna sensibilidad ni interés del gobierno en conservar los puestos de trabajo, siquiera. El rol principal de las pymes quizás sea el de dar empleo. Son cerca de 4 millones de trabajadores, 4 millones de familias que al gobierno parece que no le importan”.