“Cuando necesitan algo vienen y son escuchados pero cuando es al revés se hace difícil avanzar.” De este modo, el concejal Juan José Saleme resume la relación que mantiene el actual gobierno municipal con el recinto deliberante local.

Desde su punto de vista, la lejanía se debe a cierta “falta de interés” del Ejecutivo para atender los problemas vecinales, y pone como ejemplo la “excesiva demora” en iniciar debates centrales como el de nocturnidad o movilidad.

Sobre este último, es muy crítico del proyecto enviado por Emilio Jatón para ser tratado este año: “Propone un transporte igual o peor al que ya tenemos mientras que nosotros queremos discutir el transporte del futuro”, señala.

Y va aún más allá: “Va a ser muy difícil avanzar, pero tengo la sensación de que tampoco les interesa hacerlo. De que largaron el proyecto en campaña porque era oportuno y que lo van a utilizar para pasarle la pelota el Concejo con cada nueva crisis del transporte.”

“Durante los 12 años del gobierno socialista-radical nos inclinaron la cancha con un plan lento y sistemático que tuvo el objetivo de vaciar a la capital de Santa Fe, un plan que buscó fortalecer al sur en detrimento nuestro”, agrega sobre una “actitud” que —dice— abrazó a nivel doméstico el exintendente José Corral y Jatón no discontinuó .

“Hay que poner a la ciudad Santa Fe en la agenda nacional: ese es el mayor desafío de la ciudad y el peronismo va a tener una oferta electoral atractiva”, resume el concejal santafesino sobre las aspiraciones justicialistas para el año electoral en curso.

¿Qué evaluación hace del año legislativo que se fue y cuáles son sus previsiones para el que viene?

Evaluar el año pasado es complejo, pero creo que fue bueno desde lo legislativo. Recuperamos un protagonismo que durante los dos años anteriores no tuvimos, porque el Ejecutivo no enviaba mensajes y le costó hacer pie después de la pandemia. Durante toda esa época tuvimos la madurez política de acompañar lo que se consideró necesario. Entendimos la situación y no fuimos una oposición que buscó el error o el defecto para que les vaya mal. Pero fueron dos años en que la pandemia se comió la agenda.

En cambio, el año que pasó fue muy bueno. Logramos concretar la audiencia pública por nocturnidad, entre otras cuestiones.

¿Este cambio positivo incluye al diálogo con el Ejecutivo?

Yo rescato el nivel de diálogo hacia dentro del Concejo. Cuando llega un mensaje o un proyecto, debatimos y discutimos de una forma enriquecedora para que salga en su mejor forma. El dialogo y el consenso son una característica del Concejo, sobre todo en el marco de un país en donde se hace difícil concertar acuerdos.

Pero considero que al diálogo con el Ejecutivo aún le falta riego, para que sea más fluido. Lo defino como trabado, porque cuando necesitan algo vienen y son escuchados pero cuando es al revés se hace difícil avanzar.

—¿Se te viene a la mente algún tema en particular?

—Innumerables y para todas las bancadas. Por eso debe desdramatizarse las visita de funcionarios al Recinto. Si se pide, por ejemplo, la presencia del secretario de Hacienda, que ya vino en su momento, o el de Ambiente para hablar sobre la situación de la recolección de residuos o de la disposición final, que es uno de los servicios que más plata le cuesta a las y los santafesinos, es importante que se acerquen y brinden la información necesaria que después utilizamos para trabajar.

La obligación del Concejo es controlar, por eso si no tenemos información ni responden los pedidos de informes no estaría bien decir que hay diálogo. No puede ser que demoren 500 días en contestar un pedido de informe, porque cuando esa información llega, ya es tarde. En definitiva, lo que sucede es que no se atiende la problemática de los vecinos, porque cada proyecto se hace pensando en alguna necesidad concreta.

Un ejemplo es el del transporte público de pasajeros. Tomarse un colectivo significa esperar 40 minutos en la parada, luego subirse y que esté sucio, o que haga calor y no tengan aire acondicionado. Los coches están en pésimas condiciones y hay barrios enteros adonde no llegan.

Detrás de cada pedido está la necesidad del vecino, y por eso el Municipio debe tener un ida y vuelta constante. No lo logramos todavía, al igual que nunca lo logramos con (el exintendente José) Corral. Al tener ellos mayoría en el Concejo, se olvidan del diálogo. No es su virtud y quiero ser claro: continuaron con las prácticas que tenía la gestión anterior y que también cuestionamos.

—¿Pudo leer el proyecto enviado por el Ejecutivo para mejorar el transporte?¿Qué opinión le merece? 

Cuando en marzo de 2022 el intendente dijo que iba a presentar los pliegos, salimos del Recinto esperando que no sea solo un título. Esto es, que no mande algo que no sirva, solo para decir que se cumplió. Lamentablemente estamos en condiciones de afirmarlo: fue solo un título. Propone un transporte igual o peor al que ya tenemos mientras que nosotros queremos discutir el transporte del futuro.

—¿Puede darnos algunos detalles?

—No hay exigencias para contar con unidades que utilicen energía limpia, por ejemplo. En todas las ciudades del país ya avanzan en este sentido, pero acá ni siquiera se plantea. Tampoco se especifican los recorridos, lo que dificulta hacer una ecuación económica. Tiene proyectado algunos atractores, que más o menos permiten identificar un posible trayecto, pero aún así nos encontramos con que van a ser menores al actual. Que no alcanzan a cubrir los recorridos que se tienen ahora. Es un tema central y por eso creemos que es un pliego insuficiente.

—¿Ve posible llegar a un proyecto consensuado como en el caso de nocturnidad?

En nocturnidad recorrimos una experiencia enriquecedora, porque era un proyecto debatible pese a las diferencias. Eso sí: lo tuvimos que rehacer. Pero no se puede hacer lo mismo con un pliego destinado al transporte público. Va a ser muy difícil avanzar, pero tengo la sensación de que tampoco les interesa hacerlo. De que largaron el proyecto en campaña porque era oportuno y que lo van a utilizar para pasarle la pelota el Concejo con cada nueva crisis del transporte.

Un detalle que nos llamó la atención: cambian los números de las líneas por letras. Eso habla por sí mismo de lo que es el proyecto. El Ejecutivo no está a la altura porque quizá tenga el espíritu de cambiar el sistema, pero sin modificaciones de fondo no se puede. Por el contrario, el servicio se precarizó y el intendente debe hacerse cargo del problema. Este pliego es insuficiente y no cambia nada, o lo cambia para peor.

¿Son problemáticas que un intendente puede solucionar por sí mismo o que dependen más de los factores externos como los subsidios nacionales/provinciales?

Sin duda que puede hacer mucho para solucionarlo. El intendente tiene la obligación de defender a Santa Fe. Defenderla es pelear por recursos y conseguir subsidios que permitan hacer más equitativo el servicio. Para eso cuenta con todo el Concejo, porque hay unanimidad en conseguir lo que nos corresponde. Debemos terminar con la asimetría respecto a Nación. En cambio, lo que no puede hacer es quitarse responsabilidades.

¿Tiene el intendente la solución a todos los problemas? No, pero siempre hay cosas por mejorar. Tanto en transporte como en seguridad, hay que hacer lo que se esté al alcance y más. Mucho puede aportar el Municipio en la prevención y controlando los espacios públicos y el transporte. Hay que poner a Santa Fe en la agenda nacional. Ese es el mayor desafío de la ciudad.

—¿Para qué está Santa Fe?

Lo principal en lo que tenemos que ponernos de acuerdo es en que hay futuro. Y lo hay porque tenemos naturaleza, industrias, comercios, un puerto y hasta la capacidad de ser la capital nacional del conocimiento. Somos una de las ciudades con más científicos per cápita, pero además tenemos el parque tecnológico del litoral, el Conicet, las universidades…

Por otro lado, el valor de la tonelada exportada desde Santa Fe quintuplica al valor del resto del país, porque de acá sale con valor agregado. Ahí está el potencial de Santa Fe, pero para aprovecharlo se necesita de un liderazgo capaz de impulsarlo. Necesitamos de un Municipio ágil y moderno que se ponga a la cabeza de este proceso, porque Santa Fe lo tiene todo y somos capital de la provincia.

¿Qué tiene el peronismo para aportar en esa construcción y qué chances ves de que pueda llegar a la intendencia?

El peronismo va a tener una oferta electoral atractiva en la ciudad, en la provincia y a nivel nacional. Tenemos mucho para aportar. El puerto es un ejemplo, porque durante años se dijo que era imposible reactivarlo y con la actual gestión provincial lo logramos en menos de tres años. Se reactivó la terminal y la playa de contenedores, donde se está trabajando muy bien.

En cambio, durante los 12 años del gobierno socialista-radical nos inclinaron la cancha con un plan lento y sistemático que tuvo el objetivo de vaciar a la capital de Santa Fe. Nos decían que no se podía, pero a las pruebas me remito. Como en el caso de la Granja La Esmeralda, que estuvo abandonada durante años como parte de un plan y con un gobierno municipal que dejó que eso ocurriera para que prevalezca su acuerdo político con el socialismo.

—¿A qué se refiere puntutalmente?

—A que no querían reconocernos como capital. Uno llamaba al 0800 de la EPE, por ejemplo, y te atendían en Rosario. Todas cuestiones que nos iban sacando poco a poco del rol protagónico que siempre tuvimos. Fue un plan que buscó fortalecer al sur en detrimento nuestro. Pero que hagan paso, porque vuelve Santa Fe al escenario nacional.

—¿Considera que la gestión de Omar Perotti tiene un rol importante en esa reconstrucción?

Tiene mucho que ver. El puerto es un gran ejemplo de la necesidad de decisión política para avanzar. Pero hay más de 70 obras que la Provincia está llevando adelante en la ciudad, además de todas las obras nacionales. Como en el caso de Camino Viejo a Esperanza, por nombrar una obra trascendental y que nació de un proyecto del partido justicialista, de la mano de Ignacio Martínez Kerz. Una obra que se retrasó porque el Municipio, durante todo el 2022, estuvo iniciando licitaciones y dándolas de baja por errores propios que le impidieron adjudicarla a tiempo. Hablamos de una obra con mil millones de fondos nacionales destinados y que se retrasó de forma innecesaria.

La iluminación también se realiza con fondos provinciales, a través del programa Incluir + Seguridad, que ya destinó 700 millones y prevé otros 1400 para este año. Cambiar la iluminación de un barrio es brindarle mayor seguridad al vecino. Ahora bien: el Municipio tiene que comprar la cinta aisladora y los focos para hacer los recambios, y muchas veces no los hay. Eso no puede ser, porque los fondos están.

Te sumo además el Boleto Educativo Gratuito y la ampliación de la conectividad. Ese es el futuro: los pibes tienen que poder conectarse a internet y estudiar. Además se está realizando el circunvalar, planificando el tren de pasajeros entre Laguna Paiva y Santa Fe y estamos haciendo el gasoducto metropolitano con el mismo presupuesto con el que iban a realizar un proyecto imposible como el denominado gasoducto de la costa. También llevamos adelante la obra de la planta potabilizadora de Candioti para llegar con agua al 100 por ciento de la ciudad en los próximos 30 años.

Lo que sí nos falta es marketing, pero cada obra que inicia es porque está la plata. 

¿Y en cuanto a candidatos?¿Tienen material para disputar la intendencia?

Todo diálogo lo hacemos pensando en mejorar la oferta electoral y hacer el mejor frente posible, pero no a cualquier precio. Los candidatos van a aparecer solos, por eso es importante tener un proyecto y saber qué ciudad queremos. Creemos que Santa Fe está ante la gran posibilidad de tener un mejor futuro. Es necesario abrir la ventana, mirar todo lo que tenemos y recuperar el protagonismo que históricamente tuvimos a nivel nacional. Hace años que nos tiran a menos.

Por eso queremos salir de ese estado y generar un Municipio moderno y ágil, que acompañe. Hoy, si emprendés en Santa Fe y te va mal, para darte de baja tenés que iniciar un trámite que lleva meses y por el que hay que pagar. Es ilógico, propio de un Municipio que no acompaña ni avanza. Todo esto debe discutirse más allá de que el debate electoral imponga la danza de las caras.

Nuestro proyecto lo va a encarnar el mejor candidato que sea capaz de llevar este proceso.

—En tu caso, ¿dónde te ves?

Mi vocación es en la ciudad de Santa Fe. En 2019 tuve la posibilidad de asumir como diputado nacional o como concejal. Decidí quedarme en la ciudad para construir una alternativa desde el peronismo, y en eso estamos. Pero no tengo una aspiración individual que esté por encima del colectivo. Quiero que Santa Fe tenga futuro y que aproveche la oportunidad ante la que estamos. Si me toca liderarlo, bienvenido sea.