Julio Garibaldi es un político joven pero de vasta experiencia en la labor pública, con la particularidad de que primero se desempeño como funcionario de Gobierno y legislador provincial para luego desembarcar en su primera experiencia como concejal.

“Me puso los pies sobre la tierra”, señala Paco sobre la labor que desempeña en el Recinto santafesino, a la vez que pondera el trabajo que se da entre pares.

También observa una gestión Municipal cada vez más activa, “que fue de menos a más”, aunque señala su preocupación por los hechos de inseguridad pública que padece la ciudad capital. Por eso propone que el Gobierno provincial colabore en la instalación de alarmas comunitarias.

En cuanto al intendente Emilio Jatón, le reconoce el no haber hecho “promesas vacías de campaña, sino que se limitó a plantear lo que está cumpliendo”.

“No hay dudas de que Emilio es parte de toda esta construcción”, dice sobre la posibilidad de que se sume al frente Unidos para Cambiar Santa Fe, “un espacio que necesitaba ser construido”.

Sobre el armado electoral destaca que el socialismo salió del último congreso provincial “con la convicción de ser protagonistas”.

Y resalta: “Clara García es nuestra principal referente en Santa Fe”.

"No hay dudas de que Jatón forma parte de toda esta construcción"

—¿Qué balance hace de su primer período como concejal, ya metidos en un nuevo año de recambio electoral? 

Ya cumplo tres años y medio como concejal de Santa Fe. Venía además con mucha experiencia a nivel provincial, donde me había desempañado como diputado. Es muy distinta la realidad local, porque es un contacto mucho más directo con la gente y de uno a uno. Me gusta mucho. También la ciudad de Santa Fe, que es de donde soy y la amo. Por eso me gustan los desafíos que tienen que ver con ella.

En este período nos atravesaron complejidades económicas y la pandemia, pero creo que tenemos una gestión municipal que fue de menos a más. Que arrancó con muchas dificultades, que se fue ordenando en las cuestiones internas y que fue encontrando el financiamiento para obras a nivel nacional.

Muchos barrios están teniendo obras que históricamente le faltaron y donde ya se pensaba que era algo que nunca iba a ocurrir. Hablo de cuestiones básicas como agua potable, calles asfaltadas, plazas o iluminación. De a poco se va revirtiendo.

—¿Es decir que ves una ciudad en crecimiento a partir de la última gestión?

Veo una gestión que no hizo promesas vacías de campaña, sino que se limitó a plantear lo que está cumpliendo. No tengo ninguna duda y se puede chequear.

Por otro lado, veo una ciudad que me preocupa mucho porque no es ajena al contexto que vive la Argentina y la provincia de Santa Fe. Se observan hechos de inseguridad a diario, tanto robos como homicidios y que afecta a casas y comercios en todos los barrios y ciudades.

Además la situación económica es desesperante. Un grupo familiar ya necesita del trabajo de dos personas, quienes llegan a duras penas a fin de mes. Hay mucha inflación.

—¿Cómo es el diálogo del Concejo con Jatón?

Está muy aceitado, tanto con el Ejecutivo como puertas para adentro. Somos 17 concejales que trabajamos en base al diálogo. Siempre se busca avanzar, haya acuerdos o no. Lo tengo que reconocer, pese a que soy un actor muy crítico de la política.

Creo que en general se llega tarde y lento a los problemas de la gente. Pero en el Concejo Municipal hay un clima de trabajo muy fructífero.

—Las cuestiones de seguridad pública y la pobreza estructural aparecen como los dos grandes problemas de la ciudad: ¿qué puede hacerse desde el Concejo?

Si bien son responsabilidades nacional o provincial, todos podemos hacer algo. En política más aún. Desde nuestro espacio venimos planteando la profundización de la experiencia de las alarmas comunitarias. Es una herramienta al alcance del vecino, que cubre 100 metros para cada lado cardinal y ante la menor sospecha de delito, se dispara la alarma.

Enciende sonidos y reflectores, a la vez que se conecta con la central municipal. Desde ahí se llama al 911 y con los vecinos que están organizados a través de un grupo de Whatsapp.

La alarma es monitoreada por la Municipalidad, sin costo para los vecinos, pero tiene un precio de instalación incial. Por eso desde el Concejo proponemos que la provincia, con el presupuesto que destina a la seguridad, financie las alarmas comunitarias para los barrios de Santa Fe.

Pero en datos oficiales y faltando tres meses para que termine el año pasado, se había ejecutado solamente el 53 por ciento del presupuesto en seguridad. Una subejecución que viene de años anteriores. Si solo se destina el uno por ciento de lo no gastado, podrían financiarse 300 alarmas comunitarias. Hoy estamos en esa cifra y tranquilamente se puede doblar.

—¿Cómo funciona el sistema en la actualidad?

—Es muy efectiva aún sin ser la solución de fondo al problema de la inseguridad, que está en manos de la provincia. Pero sí es muy importante porque previene delitos y permite que los vecinos se organicen.

El problema es que no está en todos los barrios. El sistema lleva 10 u 11 años de funcionamiento y en los últimos tres se duplicó la cantidad de alarmas colocadas en relación a los ocho anteriores.

—En contrapartida: ¿cuáles considerás que son las potencialidades de Santa Fe?

Somos una ciudad resiliente que se levantó de golpes y caídas con mucha fuerza. Tenemos la cantidad de investigadores per cápita más grande de toda la Argentina, además de un entramado científico-productivo como pocas localidades de todo el país: tres universidades, un parque tecnológico, las instituciones de educación superior… Es decir, tenemos un potencial enorme en tiempos de inteligencia artificial e industrias 4.0 y del conocimiento. Se demandan muchos profesionales de Santa Fe.

Además estamos ubicados en una zona geográfica clave, tanto del país como del Cono Sur. Estamos en la mitad de la hidrovía Paraná-Paraguay además de cruzados por el corredor bioceánico.

De norte a sur y de este a oeste contamos con un potencial logístico muy grande. Por eso es importante que no se frenen obras como la del circunvalar. También que siga creciendo el puerto de Santa Fe, donde aún resta la licitación de la hidrovía, las más grande del mundo y que está en manos del Gobierno nacional, algo que me da mucho miedo.

—¿En qué sentido?

Porque es un Gobierno nacional que ya demostró ser un flan, con un presidente que cuando habla solo transmite incertidumbre. Y es en este marco que deba realizarse la licitación más grande del mundo.

Creo que no están a la altura de las circunstancias, pero sí necesitamos que salga y de la mejor forma posible. Necesitamos un Estado presente y que establezca reglas de juego claras. Pero este gobierno es un flan y no da respuestas.

—Es en ese camino, entiendo, que se sumaron a Unidos para Cambiar Santa Fe: ¿cómo ves la conformación de este armado?

Va tomando forma un espacio que necesitaba ser construido. Se intenta dar una alternativa a los gobiernos provincial y nacional que son un fracaso. Para eso tenemos que juntarnos con otros partidos, con los que tenemos algunas diferencias pero con las que nos pusimos de acuerdo en algunos puntos claves.

Ahora se viene la confirmación de las candidaturas. Del último congreso provincial salimos con la convicción de ser protagonistas. Somos un partido muy crítico de la realidad política, por lo que queremos dar la cara y salir para adelante. Tenemos los mejores equipos técnicos para ponerlos al servicio de esa realidad.

—¿Es Clara García la figura más importante del socialismo?¿Y en la ciudad?

Clara García es la principal referente del socialismo en Santa Fe. Está acompañada por un montón de cuadros técnicos y de dirigentes con experiencia y mucho empuje.

Clara sintetiza la necesidad del momento. Tiene la humanidad necesaria para estar cerca de los problemas de cada rincón de la provincia y también mucha experiencia para leer la realidad. Más en tiempos donde llegan voces desde afuera con “soluciones mágicas” que, por lo general, no existen o terminan fracasando.

Y a nivel local creo que tenemos una gestión municipal que fue de menos a más y que recolectó mucha experiencia.

—¿Lo ves a Jaton jugando por dentro del frente?

Sí, por supuesto. Hace falta seguir sumando, porque la realidad así lo requiere. 

—¿Charlaron con él?¿Qué les dice?

No hay dudas de que Emilio es parte de toda esta construcción. La decisión final será de él, pero espero que esté de este lado.

—Y en tu caso, ¿dónde te ves?

Me tira mucho la ciudad de Santa Fe. No obstante, voy a poner todo lo que tenga en el lugar que se requiera. Nunca le corrí el cuerpo a los momentos difíciles y me entusiasman los desafíos. Y si siento que no sumo, me dedicaré a otra cosa.

Sinceramente no estoy pensando en un lugar concreto, porque incluso soy muy crítico de quienes así lo piensan. El objetivo no debe ser personal sino político.