Postas de la Memoria es un trabajo audivisual que fue reconocido tanto por la Legislatura santafesina como por el Concejo local, a partir de iniciativas presentadas por los ediles justicialistas Ricardo Olivera y Federico Fulini, respectivamente.

Se trata de una serie de relatos que narran en primera persona la clandestinidad y la tortura padecida por numerosos militantes que, por fortuna o decisión ominosa de la cúpula militar, sobrevivieron a su cautiverio.

La primera edición incluirá 12 entrevistas a santafesinos, realizadas por un grupo de militantes pertenecientes a la llamada "generación emergente". Aquella que, en palabras del dirigente mutualista César Malato, "asistió a la reapertura de la democracia tras haber padecido la proscripción".

Malato integra el equipo creador de Postas de la Memoria, trabajo al que catalogó como "una herramienta indispensable" para que el peronismo pueda "llegar a un público más amplio y a las escuelas" con sus relatos sobre memoria, verdad y justicia.

"Buscamos mostrar a cada uno de estos presos políticos santafesinos y cómo les modifico la vida el haber sufrido la cárcel y la persecución política en primera persona, solo por sus ideas", explicó.

Como dirigiente político, además, remarcó la importancia de generar este tipo de materiales de difusión "capaces de abrir el diálgo para que podamos hablar de nosotros desde nosotros", estrategia que postula como fundamental para que el peronismo siga gobernando la provincia. "A nadie se le escapa que hay cierta frustración sobre el Frente de Todos y sobre el contrato electoral de 2019", completó.

Sobre las mutuales y cooperativas, Malato reflexionó: "Deben tener un socio estratégico como el Estado, pero no depender únicamente de las políticas públicas. Hay que tener un nivel autogestivo importante, y eso implica generar recursos para sostenernos."

"Una derecha cada vez más consolidada y violenta avanza contra los discursos de memoria, verdad y justicia"

—Postas de la Memoria fue reconocido tanto a nivel municipal como provincial, ¿querés contarnos un poco de qué se trata?

—Es un trabajo audiovisual pretencioso que tiene su raíz en un grupo que bautizamos como la "generación emergente", a la cual pertenezco y que reúne a quienes asistimos a la apertura o reapertura de la democracia. Personas que hoy tienen 54, 55, 56 y hasta 57 años y que en los '80 nos reencontramos en lugares de militancia, fundamentalmente en las marchas organizadas desde los organismos de derechos humanos.

El espacio físico de reunión era la Plaza del Soldado, donde se realizaban las marchas de los jueves. Fuimos encontrándonos en esos ámbitos de militancia política, acompañando a madres y abuelas de los desaparecidos y presos políticos, y reagrupádonos tras ser recluidos por la represión sufrida por compañeras y compañeros que pasaron a la clandestinidad.

Postas de la Memoria recupera historias de la clandestinidad sufrida por muchas compañeros y compañeros durante aquellos años oscuros, desde la visión de la llamada "generación emergente", a la que pertenezco y quienes realizamos las entrevistas. Por eso también va a reflejar nuestra mirada pra poder contar qué pasó con los presos y presas políticas en los '80, antes de la democracia, y testimoniarlos en primera persona. ¿Qué pasó? ¿Por qué cayeron presos? ¿Cómo lo vivieron?, etcétera.

—¿Cuántos testimonios recoge y cómo va a ser su difusión?

—Son 12 testimonios, todos de la provincia de Santa Fe y realizadas integramente en el hotel de ATE, a quienes quiero agradecer especialmente porque nos cedieron las instalaciones para trabajar, sin ningún costo. Es un gremio muy valioso. Nos gustaría ademas incorporar otros tres o cuatro relatos de compañeras y compañeros de Rosario que tuvieron una participación relevante en las estructuras militantes de los '70, como es el caso de la Unión de Estudiantes Secundarios, y de los trabajadores y trabajadoras que eran militantes sindicales.

Van a ser editados todos juntos y serán colgados en la red, cada 15 días. Ofreceremos una síntesis de cada entrevista y un archivo donde se dispondrán de las entrevistas completas. También habrá podcasts para que puedan ser reproducidos en las radios y escuelas. Y queremos presentarlos en las ciudades más importantes de la provincia, porque nos interesa asociarlo con las organizaciones de la comunidad.

También vamos a tener una cuenta de Instagram y hacia principios del año que viene nos gustaría hacer una primera presentación, quizás llegando a febrero.

—¿Qué es lo que tiene para mostrarnos y decirnos, como generación emergente?

—Como miembro de esa generación, no puedo abstraerme y dejar de reflejar una síntesis histórica en permanente elaboración. La impronta está puesta en la forma en cómo encaramos las entrevistas. Buscamos mostrar a cada persona y cómo los modifico el haber sufrido la cárcel y la persecución política en primera persona, solo por sus ideas. Creo que logramos expresar una diversidad interesante sobre nuestra generación.

—¿Qué significa este reconocimiento a nivel provincial y local, pensando en que estamos en un clima de época donde los discursos de odio contra la memoria están muy vigentes?

—Totalmente. Hay una elaboración y reelaboración permanente porque los hechos históricos se resignifican constantemente. Estábamos grabando un capítulo cuando ocurrió el intento de asesinato de la vicepresidenta.

Todo se vio resignificando porque incluso ese hecho puntual, actual, tuvo un impacto fuerte en las entrevistas que estábamos haciendo. Sobre todo en las compañeras. Ya de por sí la mujer tiene una una particularidad en su paso por las cárceles, porque recibieron un ensañamiento muy fuerte y específico. El machismo en la cárcel fue muy fuerte. Hay denuncias cuantiosas de violaciones y de maltrato físico. Entrevistamos incluso a dos o tres compañeras que cayeron presas a los 14 y 15 años. El ensañamiento, la barbarie de la dictadura de aquel momento y de los grupos de tareas y de los intereses que defendían la dictadura cívico-militar fue tal que metieron presas a menores de edad, y de ellas abusaron. También fueron capaces de hacer desaparecer a bebés que todavía hoy estamos buscando.

Los hechos políticos de la actualidad inciden directamente en este tipo de trabajos. No hay forma de abstraerse, porque los discursos y las prácticas políticas del odio hicieron que en Argentina hoy nos replanteemos los roles como militantes y dirigentes.

—¿Cómo cree que se resignifica la memoria hoy, en términos de responsabilidades políticas?

—Las y los dirigentes deben ser capaces de poner en palabras lo que sucedió, porque hablamos mucho en círculos chicos, cerrados, pero debemos poder hablarle a más personas sobre nosotros y desde nosotros. No esperar a que los medios u otros espacios lo hagan. Porque hay una derecha muy consolidada y cada vez más violenta, defensoras de los privilegios de los sectores dominantes y que están avanzando contra los discursos de memoria, verdad y justicia.

El campo popular hoy está acorralado por esos discursos, porque existe un sistema de medios dominantes que tiene un nivel de apabullamiento total sobre la cabeza de la población, y por eso el sentido común hoy es de derecha. E incluso hay funcionarios y dirigentes políticos de nuestro espacio que, quizá sin saberlo, también reproducen o defienden las posturas de ese sentido común.

—¿Postas de la Memoria puede abonar a ese diálogo amplio?

—Es fundamental ir a las escuelas y mostrárselo a los niños que hoy tienen la misma edad de muchos de los militantes cuando fueron secuestrados, para que escuchen sus relatos desde la afinidad. Creo importante asumir estas responsabilidades porque vivimos una etapa difícil. Que una vicepresidenta tenga que retirar su posible candidatura nos hace recordar a aquellas épocas en donde los sectores dominantes proscribieron durante 18 años a las fuerzas mayoritarias de la población. 

En Santa Fe, hoy el señor (Maximiliano) Pullaro representa los intereses de una derecha feroz y que defiende los intereses de las clases dominantes. Pero él, a su vez, tiene denuncias por su desempeño en la función pública: por escuchas, por haber favorecido a ciertos policías, por haber tenido vinculos estrechos con jueces y fiscales para dictaminar juicios y causas. Y aún así es uno de los principales dirigentes de la oposición.

Por eso, si no somos capaces de hablar desde el peronismo, como lo hicimos para que vuelva a gobernar la provincia en 2019, vamos a tener problemas a futuro. No se trata de una elección, sino en consolidar una construcción social que represente los intereses de nuestros trabajadores, estudiantes, de las pymes, los emprendedores y hasta de los sectores excluidos.

La etapa más cruda de la cuarentena por el covid nos mostró que en el país había más de 9 millones de personas sin un ingreso fijo y que no estaban contempladas en la seguridad social ni tenían acceso a los servicios básicos. Eso generó el primer IFE. Por eso, si no somos capaces de representar esos intereses y de abrir generosamente una discusión profunda sobre los problemas que tiene la Argentina y nuestra ciudad y provincia, vamos a estar haciendo caso omiso a un mandato histórico que nos da este proyecto nacional.

—¿Qué tan preparado lo ves al peronismo para darlo? Pareciera que en la vereda opuesta están un poco más armados...

—Sí, porque es más fácil ser "anti". Pero lo veo complicado, sinceramente...

—¿Qué vienen hablando?

—Estamos viendo cómo sacar esta discusión para afuera y estamos viendo cómo trasladar esta discusión a cada uno de los candidatos y las candidatas que por lo menos ya anunciaron sus intenciones.

—¿Tienen alguna preferencia?

—No, queremos que cada uno se siente a hablar abiertamente y discutir políticas para que puedan absorber las necesidades que tiene la militancia y los sectores populares, los trabajadores. Porque a nadie se le escapa que hay cierta frustración sobre el Frente de Todos y el contrato electoral de 2019.

La inflación es intolerable para cualquiera, no solo para el peronismo. Es cierto que tenemos un montón de cuestiones en el medio como la deuda externa, o el tema de jueces y fiscales corruptos que quedó expuesta en Lago Escondido, y que nosotros creemos que es solo una muestra del nivel de corrupción que tiene determinados sectores de la Justicia, con una corte de Suprema de Justicia absolutamente adicta a los intereses de los sectores dominantes y convalidadora de injusticias.

Pero como decía Arturo Jauretche, ningún combate se hace en tristeza. Creemos en la importancia de esa alegría y de compartirla con el resto del pueblo, como parte del pueblo. Es el planteo que le queremos trasladar a las candidatas y candidatos que nos quieren representar.

—Estamos terminando el año, ¿querés hacer un breve balance de lo trabajado en MiPYME y Fedesam?

—Para nosotros fue un año bastante provechoso. Estamos cada vez más convencidos de que las mutuales y cooperativas tienen que tener un socio estratégico, que es el Estado, pero no tienen que depender únicamente de las políticas públicas. Tiene que haber un nivel autogestivo importante, y eso implica generar recursos para sostenernos. No únicamente plantearnos algunas cuestiones comerciales, sino también en servicios que puedan generar excedentes para sostener la organización y genuinamente brindar opciones a nuestros asociados.

Cuesta mucho, pero estamos creciendo. Cuesta mucho porque estamos asistiendo a una etapa muy crítica de la democracia que afecta también y mucho al asociativismo. Pero buscamos contraponer una cara muy diferente a lo que dictan desde los medios de comunicación de la oposición con la idea de meritocracia. Las mutuales y cooperativas son procesos colectivo que se contrapone a la idea del capitalismo salvaje.