Por Facundo Borrego

La semana tuvo varios movimientos de fondo en la política nacional que impactaron en territorio santafesino, puntualmente, en la posición del gobernador Omar Perotti. La designación de Agustín Rossi como jefe de Gabinete de la Nación no fue una más sino que generó todo anclaje en la gestión de la provincia, principalmente por la lucha contra la violencia, pero también en la política territorial con las elecciones a la vuelta de la esquina y con un peronismo santafesino sin definiciones.

La distancia entre el Chivo y el gobernador es amplia pero, por ahora, depusieron armas. Claro, el horno no está para bollos y el papel que tiene Rossi en el tema seguridad será clave para la provincia. En contacto con Sí 98.9, el flamante ministro rescató el diálogo que tuvieron en los últimos días con Perotti y las palabras en los medios acerca de dejar de lado las diferencias en este momento. Hubo gestos incluso del gobernador al enviar a la asunción a Casa Rosada en representación de Santa Fe a la ministra de Gobierno, Celia Arena, y a vicegobernadora Alejandra Rodenas. 

¿Hubiese podido ir Perotti? Bueno, tampoco la pavada. Las formas se cuidan, sobre todo por el momento, pero en el horizonte están las elecciones y el peronismo aún no tiene idea qué hará en la Bota. La figura de Rossi en el mayor cargo del Gabinete no le puede causar gracia a Perotti, con quien se ha enfrentado más de una vez, porque ahora el peso en la definición electoral en Santa Fe será mayor y lo puede opacar al tener línea directa con el Presidente, Sergio Massa y la vicepresidenta. 

El Chivo continuó con el discurso pacificador cuando le consultaron qué opinaba de que el gobernador santafesino no haya ido a la mesa del Frente de Todos a definir la hoja de ruta electoral siendo el mandatario de una de las provincias más grandes. “Bueno es una decisión de carácter político. Cada cual sabe mis opiniones, yo sí estuve en la mesa pero prefiero rescatar el diálogo con el gobernador”. La tiró a la tribuna pero en otro momento hubiese contestado en otros términos, como cuando dijo que quería "sacar al peronismo santafesino del Frente de Todos".

En esa línea, vale poner la lupa en la posición del gobernador. No acudió porque el vínculo no parece ameritarlo, pero, sobre todo, porque tampoco nunca se plantó como referente del peronismo en la región centro, y eso que los otros dos son el cordobés Juan Schiaretti, opositor al Frente de Todos, y el entrerriano, Gustavo Bordet, de poco peso. Bordet fue y lleno un lugar. 

Lo cierto es que Perotti ha perdido terreno nacional. Hay una foto: el peronismo santafesino copa muchas instancias de peso nacional (nuevo jefe de Gabinete, el senador por la minoría, Marcelo Lewandowski, el ministro de Transporte, Diego Giuliano, el presidente del bloque oficialista en Diputados, Germán Martínez), pero no responden ni siquiera tienen buen vínculo con el gobernador. Las tribus peronistas dicen que es un reflejo de lo que fue su gestión: gobernó sin integrar. 

Lo cierto es que el poder en la provincia es del gobernador y nadie se lo puede quitar por más que la gestión entre en la etapa final. Hay otro dato que generó suspicacias y es que Lewandowski tuvo contacto directo con la vicepresidenta Cristina Fernández. El gobernador lo matizó con línea y recorrida con el ministro del Interior, el camporista Eduardo Wado De Pedro, pero igual algo de ruido hizo el movimiento del rosarino. 

La pregunta central es en qué lugar queda el gobernador de cara a las elecciones y a la hora de sentarse a definir la situación de Santa Fe en la mesa chica nacional. Parece imposible que piense jugar por afuera del Frente de Todos, pero tampoco muestra las cartas para sintonizar en la unidad. Según pudo conocer Rosarioplus, el gobernador seguirá manteniendo su estilo y llegará el momento en que aportará a la unidad. Todo indica que pretende encabezar la lista para Diputados y presidir, llegado el caso, la Cámara, y eso necesitará de varias concesiones.