Pablo Garello será el secretario general de la Juventud Peronista provincial y postula que “la juventud está con muchas ganas y clamando por nuevas referencias”.

Sin señalar nombres en particular, sostiene la necesidad de “volver a levantar nuestras banderas básicas y los valores de vida comunitaria”. A lo que añade: “Son necesarios líderes y referentes, pero lo central es enfocarse en un proyecto político transformador e integral”.

Por eso además de militante Garello es codirector de Rosca y Tinto, un sitio que reivindica y difunde la historia del movimiento peronista de froma clara y sencilla.

"Nos interesa profundizar la formación politica que se perdió con la dinámica tacticista y coyuntural que nos llevaron a perder la idea de un proyecto de provincia y de país”, señala en diálogo con Santa Fe Plus.

Sobre los desafíos a futuro agrega: “El peronismo dejó de convocar a las organizaciones libres del pueblo como el movimiento obrero pero tambien a las instituciones de la sociedad como escuelas o clubes de barrio”.

Foto: gentileza Pablo Garello.
Foto: gentileza Pablo Garello.

—¿Cuáles son tus primeras impresiones después de la victoria en las elecciones del 12 de abril?

—Estoy muy contento. Es un desafio importante para nuestro grupo de militancia. La juventud está con muchas ganas y clamando por nuevas referencias. La juventud peronista siempre fue revolucionaria e intentó cambiar la matriz productiva pero el peronismo a nivel nacional no venía cumpliendo con las tres banderas y el legado de Perón y Evita. Nos interesa volver a las banderas básicas.

—¿Qué impronta les interesa darle a la JP?

—Venimos hablando de un pacto generacional para modificar algunas prácticas como el sectarismo y la política de facciones. Nos interesa lograr la unidad a partir de ejes básicos que puedan darnos un trabajo en conjunto.

También nos interesa profundizar la formacion politica que se perdió con la dinámica tacticista y coyuntural que nos llevaron a perder la idea de un proyecto de provincia y de país, a nivel político y de gestion. Desde jovenes debemos formarnos en términos de gestión.

—¿En qué momento se encuentra el peronismo a nivel local y nacional?¿Cuáles deberían ser sus estrategias?

—El peronismo tiene que invertir la ecuación, que no sea tanto un discurso de ofertas sino de demandas. Escuchar lo que plantea la sociedad para tener un plan de gestión política. Nos interesa volver a enamorar a la gente.

El papel del peronismo viene siendo muy flaco y hay que revertirlo: (Maximiliano) Pullaro saco más de un millon de votos y tiene mayoria legislativa. Debemos volver a levantar nuestras banderas básicas y los valores de vida comunitaria. Tiene su desafio, porque estamos en una sociedad profundamente individualista donde el discurso de (Javier) Milei caló hasta el fondo. Tenemos que enamorar dejando de lado la politica identitaria y volviendo a ser pueblo en todos los sentidos.

Hace falta planificación estratégica y convocar a sectores más amplios. El peronismo dejó de convocar a las organizaciones libres del pueblo como el movimiento obrero pero tambien a las instituciones de la sociedad como escuelas o clubes de barrio. Es decir, los órganos consultivos de los que hablaba Peron.

Hay una generacion que se empieza a hacer preguntas, con ganas de hacer un proyecto provincial en miras a lo nacional.

—¿Hay algún nombre propio que te seduce por encima de otros?

—El peronismo atraviesa un proceso de reorganizacion a partir de la derrota con Milei. Un outsider extraño, muy antipatriótico. Hoy la cabeza de la resistencia viene siendo el movimiento obrero y la CGT. Despues, referentes como (Axel) Kicilliof estan tapando sus propios fuegos; Cristina (Fenández) y (Sergio) Massa se muestran más ausentes; y aparecen figuras como (Guillermo) Moreno desde un lugar más marginal.

Pero hay que poner el eje en los programas y no en los nombres. Son necesarios líderes y referentes, pero lo central en este momento es enfocarse en un proyecto político transformadro e integral. Es decir, que no vaya solo a lo económico o judicial, sino que también se hable de desarrollo, infraestructura, transporte o el manejo del comercio exterior en manos de cinco multinacionales extranjeras.

—¿Cómo ves a la ciudad de Santa Fe?

Me sorprende el nivel de deterioro. Se ve en las luminarias apagadas, en los pastos altos y en las situaciones de inseguridad cada vez más frecuetntes. El deterioro tiene que ver con los recortes nacionales pero también con cierta inacción del intendente, que se limita al municipalismo más básico.

Creo que Santa Fe sufre el mismo deterioro de las grandes cuiudades. A nivel económico, con un gobierno que atenta contra la vida de sus ciudadanos. El mes que viene no sabemos si tendremos universidad, que para nosotros es un nodo fundamental. Hay paro de transporte cada una semana…

El nivel de conflictividad es grande y estamos con ganas de cambiarlo. No caer en el desanimo, cono dice el Papa. Vivimos en una gran nación.