Por Facundo Borrego

La semana de Omar Perotti se acomodó en términos de posicionamiento político. El contraste que pudo marcar con el Gobierno nacional en su oposición con los productores de soja que no venden la soja le sirvió para plantarse como el peronista del campo, un lugar resbaloso pero que puede ser provechoso. También vio la jugada del nacimiento del nuevo gobierno nacional con el arribo de Sergio Massa como superministro de Economía -es otro gobierno del que se conoce hasta ahora- y fue el primero en darle el último empujoncito para que Alberto Fernández le abra la ventana, que terminó siendo puerta y portón también, al tigrense. 

Pero todo esto comienza la semana pasada. Las palabras del Presidente resonaron en la Casa Gris cuando calificó de especuladores la semana pasada a los productores por no vender la soja en espera de una devaluación. Perotti, el sábado por la mañana, con una evidente intencionalidad salió en un medio local despegándose y poniendo el escudo a los dardos presidenciales. "Es de los pocos que se animan a hablar en público", le reconocieron del sector agroexportador. 

“Nosotros venimos de un espacio político donde el principal sujeto es el campo”, pasó en limpio el posicionamiento del diputado nacional Roberto Mirabella y ladero del gobernador. Somos gringos, de cabeza bajo el sol y nunca nos distanciamos del campo, parece querer decir el perottismo en una muestra de que el peronismo empezó a acercarse al sector, despacio, tras la guerra gaucha por la 125 que agrietó todo.

Si bien ya se opuso al cierre de exportaciones de carne, tenciones, y a las políticas de biodiesel, esta vez, la distancia con las palabras del Presidente parecen intentar una construcción e identidad propia: peronismo sojero y agroexportador.

Una pieza de esa construcción puede ser el gesto de haber sido el primer gobernador que dio el paso público y pidió el jueves temprano por el ingreso de Massa al Gabinete. Incluso nunca se había sumado a la Liga de Gobernadores con temas como la ampliación de la Corte Suprema y el otro día fue de los que pidió cambios al Presidente. Clamor desde la zona núcleo. El apoyo por redes sociales ya estaba acordado con los mandatarios de otras provincias, incluso para comunicarlo en el mismo tono, pero no es menor que se haya jugado como se jugó cuando habitualmente no se juega como se jugó. 

La oposición lo cruzó por estar enfocado en la rosca política de nacional en lugar de la gestión local en medio de una violencia que recrudeció en estos días. No hay que soslayar que la coyuntura agitada de la última semana le dio cierto protagonismo al rafaelino que desde hace meses coquetea con la política nacional. 

El perfil de Perotti encaja con el de Massa y probablemente pueda buscar que la terminal política también coincida. Mientras parece construir su propio camino se le aparece el ahora ministro de Economía Sergio Massa que tiene lazos aceitados en la provincia con los diferentes sectores productivos, del agro y de distintos negocios. La agroindustria hace pata ancha en Santa Fe y es lo que puede ofrecerle el gobernador. En estos primeros días de reconfiguración aparece una pregunta: Si ya intentó construir una sociedad con Alberto como el peronista del interior de peso y hasta con Cristina Fernández, ¿tirará una cañita al aire con el ahora empoderado Massa?