La directora de la Agencia de Control Policial, Raquel Cosgaya, señaló el alto grado de licencias hacia dentro de la Policía de Santa Fe como uno de los temas en su agenda, y parte de la necesidad de mayor efectivos en tareas de prevención contra el delito.

La funcionaria, ex jueza de instrucción penal, elevó al ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, un informe de gestión, y luego en rueda de prensa reveló este asunto de las licencias por razones de salud como un tema de trabajo a su cargo. 

En este conjunto de expedientes de personal licenciado, buena parte se trata de situaciones de stress y prescripción psiquiátrica.

“Estamos trabajando sobre el tema de las carpetas médicas”, dijo Cosgaya en alusión a la referencia habitual con la que se denomina la deserción de un empleado policial con justificación de un profesional de la medicina.

De allí fundó una cita pasada de Brilloni acerca de que la fuerza policial en Santa Fe requeriría unos mil agentes más para mejorar el patrullaje y control de calle. 

“Lo que pasa es que la necesidad es mucha y la cantidad de efectivos destinados a control no llega a ser suficiente. Las necesidades sociales hacen al incremento de una mayor presencia policial en todas las áreas. Si hoy hacen falta 1000, cuando se llegue a esa cifra hará falta más”, estimó Cosgaya.

La funcionaria consideró además que los 150 efectivos asignados a la ACP es una fuerza de trabajo que “ha quedado chica para una provincia extensa y de alta complejidad”.

El aspecto de mayor impacto en la función de esta área –la antigua Dirección de Asuntos Internos– es la persecución de policías que incurren en el delito, muchas veces como miembros de bandas criminales. “Son bandas en las que intervienen tanto personal policial como también civiles, solo que aquellos dejan de ser policías al convertirse en delincuentes, y reciben el tratamiento penal que corresponde”, señaló.