Los cabañeros de las costas santafesinas no está  exentos de la situación económica actual y sufren las consecuencias de la falta de certidumbre sobre los precios y las dificultades de la población para salir de vacaciones. Desde la Cámara de Cabañeros y Prestadores de Servicios Turísticos de la provincia de Santa Fe (Cabasetur), indicaron que las reservas son casi nulas y que esperan una temporada “muy complicada”. Guillermo Kees Scotta, secretario de la entidad indicó que en enero van a "trabajar sin reservas y sobre los precios y la ocupación del día a día”. 

El miembro de Cabasetur sostuvo que la situación es similar en toda la provincia. “Durante los últimos meses del 2023 la gente se apuró a llamar y pedir precios, pero les tuvimos que decir que esperen”, explicó. “No teníamos tarifas porque no sabemos si en general los precios van a aumentar o no”, precisó Kees Scotta. Esta situación provocó la pérdida de muchas reservas. “La verdad es que hoy no puedo tampoco decidir con certeza un precio para todo enero porque sé que puedo perder en relación a la inflación, y tampoco podemos pedir montos altísimos porque la gente no los puede pagar”, aclaró. 

Ante esta situación, los dueños de las cabañas tomaron diferentes caminos. Algunos prefieren esperar y no realizar reservas, otros optaron por alquilar con el precio actual y arriesgarse a perder dinero en el futuro. “Algunos piden el 50% de la reserva y dejan la otra mitad abierta, pero eso es muy arriesgado porque luego tienen que negociar ese aumento con las personas que alquilan” opinó. 

“Lo último que estuvimos hablando es que esta temporada vamos a tener que trabajar sin reservas previas, estar atentos al teléfono y alquilar en el día a día”, anticipó el secretario de Cabasetur. Desde la entidad también recordaron a todos los cabañeros la importancia de aclarar que los precios que dan en las consultas son de ese momento y no pueden garantizar que se mantengan igual. “Recibimos muchas consultas pero pocas reservas, es decir, no se concretan”, advirtió. 

Ocupación

En relación a la ocupación Kees Scotta indicó que, por ejemplo, en Navidad -un fin de semana que suele atraer turistas a las zonas costeras-, la ocupación fue del 30%  “El año pasado perdimos toda la primera semana de enero y a partir de la segunda comenzaron a repuntar las reservas”, aclaró. Esto tiene que ver con la organización de la gente y la incertidumbre con los precios a largo plazo. “Creemos que este año será similar y esperamos que remonte”, expresó. 

Hasta el momento, las reservas están a un 30% en general. “Hay algunos que te dicen que están al 100% pero tienen solo una cabaña reservada, pero también hay personas que tienen un complejo de 10 propiedades en alquiler y solo una reservada”, detalló el representante de Cabasetur. 

En relación a la temporada de verano pasada, también recordó que los días que se “trabajaba bien” eran viernes, sábado y domingo, mientras que el resto de la semana no había ocupación. “Esto que se vio el año pasado antes no pasaba, solíamos trabajar a cama caliente”, manifestó. De todas formas, esperan que esta temporada ocurra algo similar o sea peor. “Esperamos que el gran aumento del combustible haga que las personas elijan destinos más cercanos y de la zona, antes que ir a otro país”, dijo esperanzado. 

Precios

Si bien hay muchas variaciones en los precios, Kees Scotta adelantó algunas tarifas. Una noche para dos personas adultas puede costar como mínimo $30.000. “Puede ser más elevado en algunos casos, pero no más de $10.000”, explicó. Por otro lado, informó que una cabaña para un grupo de ocho personas cuesta entre $8.000 y $10.000 la noche por persona. 

Disminución de turismo en general

El representante de los cabañeros remarcó la importancia del turismo en la zona y las dificultades que causa la pérdida del mismo. “Hay gente que tiene negocios como verdulerías o supermercados, pero también puestos artesanales que dejan de trabajar o de vender ante la falta turismo”, destacó.