Llega la época más esperada del año: Navidad y Año Nuevo, dos fechas en que las reuniones familiares, los eventos y celebraciones de todo tipo toman un rol protagónico en la agenda. La comida se asocia siempre a estos encuentros y las propuestas que se consumen se relacionan más a opciones culturales típicas de la Navidad y el Año Nuevo en zonas frías, debido a nuestra herencia migrante europea, por eso ingerir calorías en exceso y comer copioso forma parte de los hábitos de este momento del año.

El mantra popular tiende a pensar que no comer nada en el transcurso del día, sea el 24 o 31 de diciembre, permite estar más liviano y nos ayudará para poder comer por la noche como si no hubiese un mañana. Destinamos a la cena una cantidad excesiva de alimentos asociados a una pobre calidad nutricional, un esfuerzo totalmente innecesario, que trae además consecuencias a nuestro organismo que pueden terminar mal y, en los casos más extremos, pasando las fiestas en la guardia de un hospital.

La mayoría de las recetas heredadas de nuestras abuelas suelen estar cargadas de fiambres, embutidos y aderezos, combinados con gaseosas y alcohol, dando como resultado un elevado consumo de grasas, sodio y calorías. Si pensamos en la mesa dulce, la gran variedad de frutas con chocolate, pan dulce y turrones que ingerimos supera ampliamente la recomendación de azúcar promedio recomendada por día.

La Licenciada Sofía Alurralde, vicepresidenta Colegio de graduados en Nutrición 2da circunscripción de Rosario, comentó que “la idea no es privarnos de los platos típicos de esta época que tanto nos gusta sino que la clave está en el equilibrio”. Desde esa óptica remarcó que “no existen alimentos malos o buenos y que se tengan que evitar, si los excesos en las cantidades, lo cual es fundamental”.

“En las navidades pasan estos procesos, donde se hace comida en cantidad, grandes comilonas con mucha variedad de alimentos  sin pensarlos. Es ahí donde tenemos que poner énfasis. Ya sabemos qué cosas saludables podemos consumir durante el año, por eso la cantidad es la clave, armar una comilona para después terminar hospitalizado por una indigestión no tiene sentido”, apuntó.

Alurralde destaa que la cultura de la comida y de reunirse alrededor de ella es una costumbre que nos atraviesa como seres humanos y que va de generación en generación. Pero ahora, en tiempos de sedentarismo y de un aumento de las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, “es necesario cambiar algunos hábitos y pensar más en las cantidades que se ingieren”.  

Es importante tener en cuenta "que estamos en verano, las temperaturas son altas, y el cuerpo nos pide preparaciones frescas, preferentemente frías que no sean tan grasosas ni difíciles de digerir, al igual que una correcta hidratación". A su vez tenemos que animarnos a "reemplazar algunas recetas clásicas sustituyendo los alimentos ultra procesados –altos en calorías y pobres en calidad nutricional- , como los fiambres y embutidos, por preparaciones más naturales".

Claves para celebrar y no pasarse de la raya

- Evitar ayunar o saltear comidas, para no concentrar todo en la cena y forzar al sistema digestivo. Realizar las comidas como un día habitual.

- Preferir aguas saborizadas elaboradas de manera casera: agregando menta fresca, té helado, jengibre, hibiscuis, cardamomo e incluso frutas frescas, como rodajas de cítricos, arándanos, melón y frutillas.

- Evitar el “picoteo” desde las bandejas y servirse en el plato la porción que uno desee, priorizando vegetales que aportan color, saciedad, vitaminas y minerales.

- Reemplazar aderezos comerciales por hummus, guacamole, mayonesas caseras a base de zanahoria, remolacha o berenjena. Utilizar pesto para dar sabor o vinagretas caseras mezclando aceite de oliva + condimentos + jugo de limón.

- A la hora de los postres… ¡Incorporar frutas! Puede ser la clásica ensalada frutal o helados caseros de banana/arándano/frutilla congelada. Podemos también usar baños en chocolate, preparar copas heladas con yogurt, chocolate amargo y algunas frutas secas, y pinchos tipo brochettes con variedades de colores y texturas.

Platos y guarniciones frescas para el menú de las Fiestas

Algunas preparaciones saludables que podemos incluir en la mesa de Navidad y Año Nuevo son:

- Ensalada de hojas verdes, con queso azul, damascos turcos.

- Dátiles rellenos de queso azul y nuez.

- Torre de panqueques con vegetales y atún.

- Dips de vegetales: untables de remolacha o zanahoria

- Helado casero de frutas

- Dátiles rellenos de pasta de maní nueces y chocolate amargo

- Frutas bañadas con chocolate amargo